Cambrils - Tarragona

PROSTITUCIÓN



Prostitución, oficio que no aplaudo porque no soy quien, pero que no censuro, porque soy menos quien, hay quien vende su cuerpo por necesidad, quien porque se le antoja, y yo podría enterarme, pero solamente dios sabe quién vende el alma o no y porque, pero yo jamás me enteraré, no todo lo malo es tan malo, cuando para mi es bueno, pero todo lo bueno del mundo, si a mí no me gusta es malo, siempre fue así, pero esta vez ni la compro ni la vendo, solamente pinto sobre la tela de una sábana agujereada, los rasgos incoherentes pero nítidos de un absurdo paisaje milenario, tan fresco de antigüedad como de futuro. ¡Pésame dios mío de haberos ofendido, pero pésate tú también, por haberme enseñado.

Puntillas de auroras tristes, percal de espuma en el aire
Dolor de saber que existe, cuando termina la tarde
Tristeza de ser apenas, una penumbra que arde
Y en la noche más caliente, helarme, tan solo helarme

Pocilga de conventillos, guarida de traficantes
Mercado sin municipio, cambiando necesidades
Patrón de cobijas pobres, donde se cuaja la carne
Paredes de color sucio, manchadas de tizne y mate

Donde muere la esperanza, nace un amor que no late
Al diablo con los azules, que poco suele gustarle
Por cada vez que vomito, ando pisando en el aire
Por cada razón que busco, encuentro necesidades

Por no saber cuándo es nunca, no tengo nunca ni cuando
La misma ley que condena, a veces ata el caballo
Me queda la caridad de ser percal en el clavo
Colgado de la pared, testigo del zafarrancho

Puntillas de auroras tristes, percal de espuma en el aire
Dolor de saber que existe, cuando termina la tarde
Tristeza de ser apenas, una penumbra que arde
Y en la noche más caliente, helarme, tan solo helarme

JOSÉ LARRALDE

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Hablamos siempre muy alegremente de la prostitución, sin pararnos a pensar o meditar todo lo que hay detrás del oficio más antiguo del planeta, donde se mezclan todo tipo de sensaciones, de adversidades, de conjuras, sadismos, placeres, masoquismos y necesidades, desde lo más ínfimo hasta lo grueso en todo tipo de perfidias, calculadas unas, por carambola (simpatía) otras, pero que hacen que el garguero se quede seco de golpe, se humedezcan los ojos aunque involuntariamente sea, al comprender hasta donde se bajan escaleras en el escalafón animal y en la parte más atávica del mismo, para conseguir inclinar voluntades, si es que alguna vez las hubo.

Uno, que ya tiene una cierta experiencia de vida, que ha visto pasar mucha agua bajo muchos puentes, que debería estar curado de espantos, que por conocer la enfermiza, estúpida y arrogante mente humana, ausente de la más elemental de las dignidades, donde los pudores hicieron fuga, donde la caridad elemental, donde los elementos que deberían formar parte de la conciencia, al igual que esta se tornaron opacos y duros, hacen que uno se sorprenda, con nuevas vueltas de tuerca, donde se creía no había hilos de rosca para que esa tuerca apretase un poco más, pero si, todas las mañas habidas y por haber, consiguen ese hilo de rosca y la tuerca se incrusta otra vuelta, dándole al oprimido una razón más para desear fervientemente no haber nacido.

Cuando el ser humano, por cualesquier razón o circunstancia, se convierte para otros en un objeto, un artilugio a poseer, una herramienta de explotación, un articulo a convertir en esclavo, de cualesquiera de sus modalidades ya arcaicas o las modernas, sujeto con las cadenas de los deseos, de las necesidades forjadas o inducidas, ahí comienza la putrefacción del atávico personaje y su/s entornos, sembrando dolor y tratando de cosechar placeres, la sociedad mientras tanto asistiendo impasible al drama, a la ópera cotidiana, no escrita y reflejada hasta la saciedad al mismo tiempo, donde cada quien se cree inventor de lo inventado, ejecutor de lo pasado, gran gurú de vidas y destinos.

Uno que ya perdió la candidez hace muchos decenios, de vez en cuando recibe su mazazo, en esa afición de ir paneando por programas de TV, y si, de repente parece algún reportaje dedicado a…, y se despierta la neurona, se aflige el entendimiento, cuando oye testimonios, ya oídos otras veces, vistos en otras ocasiones, pero dormidos en los recuerdos, porque el problema es ajeno, o uno se lo ha conseguido archivar en ese rinconcito del olvido, (convenientemente), pero la realidad para muchos millones de seres a nivel planetario es otra, es más cruda, es la necesidad perentoria de seguir subsistiendo, el instinto de conservación, contra la avaricia calculada, los placeres soñados, las necesidades ajenas inducidas o no, y a todo ello se le saca rendimiento, de una u otra forma, sin importar el cómo, donde ni a quién.

Muchas veces pensé que mi costra de la indiferencia era gruesa, pensé y pienso que es necesario, como para poder conciliar el sueño, tener esa capacidad de inhibirse hasta extremos ilimitados, pero a la hora de la chiquita, ese caucho no estira tanto, afloran las realidades, entra el coraje, se siente ese deseo cuasi salvaje de liarse la manta a la cabeza, olvidarse de las normas normales para ser normal, y comenzar a hacer “”algo””, pero después en el sosiego de la calma, cuando vuelve otra vez la razón a apaciguarse, cuando el frenesí del alboroto, vuelve a ese remanso anterior, vienen los razonamientos, mentidos razonamientos, pero que narcotizan a la pobre neurona, dándole una tregua mas para respirar aunque sea con dificultad, otro día mas, sabiendo eso sí, que mañana en modo alguno será mejor, más cándido, más apacible, sino todo lo contrario, y el “”yo y mis circunstancias “”de Gasset, se convierte en “”en nosotros y nuestros complejos””, naturales o sembrados.

Se me viene al recuerdo un hervidero de actos, cada uno mas inhumano que el anterior, en este rubro de la degradación del hombre hacia el hombre, mi idea era (no la descarto) anotar un largo y tal vez tedioso ensayo sobre el tema, pero ¿Qué podría decir yo, que no esté dicho ya por enésima vez?, más bien este conato de esbozo de alago, no es sino una especie de sacar al aire las propias miserias, y así aliviar presiones, o sea, un acto involuntario, pero necesario de egoísmo personal, según la neurona me está indicando, una especie de lavatorio de culpas o errores de nosotros los SERES SUPERIORES, MORALES, CULTOS Y CON CONCIENCIA, ¿Dónde están estas facultades que supuestamente nos adornan, como esa tan cacareada ESPECIE SUPERIOR?

Algo sigue sangrando…

UNO MAS.