VOLUNTAD DEL ÁRBOL
Era un triste árbol viejo
que levantaba sus ramas,
buscando el beso del aire
y la caricia del agua.
Quiero cortar mis raíces
y que me crezcan las alas,
para volar por el cielo
como un ave enamorada.
Tú no eres más que un árbol
con tus hojas y tus ramas,
nunca podrás desprenderte
de la tierra que te abraza.
Si yo pudiera volar
y levantarme como un águila,
iría a buscar las nubes
y la lluvia y las montañas.
Tú no eres más que un árbol
con tu tronco y con tu savia,
y nunca podrás volar
más allá de tu mirada.
Yo quiero cruzar los límites
que el horizonte me traza,
y navegar con el viento
sin fronteras y sin patria.
Las cosas son como son.
Y no puedo hacer nada.
Tú seguirás siendo un árbol,
triste y viejo, con tus ramas.
No, nadie podrá quitarme
la ilusión y la esperanza,
la fábrica de los sueños
que guardo dentro del alma.
Nadie podrá arrebatarme
la fe que nutre mis ansias,
mi voluntad de ser libre
que me corre por la savia.
Y quién sabe si algún día,
por algún caso de magia,
yo dejo de ser un árbol
y me convierto en un águila ...
Juan Ramón Barat