Paradas - Sevilla

Pareciera difícil hace sólo un par de años, pero ahora, si ponen en practica estas sencillas instrucciones, sin duda lo conseguirán.

Paso 1. Aplique una política contraria a su ideología, a su historia y a su programa y, para justificarlo, no explique los verdaderos motivos, sino defiéndala con la convicción del converso.

Paso 2. Una vez ocurrido el terremoto electoral, no analice nada, no busque soluciones, y huya de la militancia como el demonio de la cruz. No hable con “los suyos”, ni inicie una reflexión colectiva. Tire del manual de frases para decir que toman buena nota, o que asumen responsabilidades, pero ni se le ocurra hacerlo.

Paso 3. Para preparar bien el tsunami definitivo, llamen a rebato a todo dirigente de alto o medio standing posible y amenacen al presidente del gobierno con provocar su caída si éste insiste en convocar verdaderas elecciones primarias como había prometido públicamente. Que quede cumplida constancia de ello en todos los medios de comunicación.

Paso 4. Consigan que una candidata más joven y que pudiera dar un mensaje de renovación aparezca en público con cara de haber perdido a un ser querido retirando su candidatura, pero dejando claro que lo hace bajo amenazas. Que explique bien además lo que pensaba proponer y ya no propondrá, ni ella ni nadie.

Paso 5. Organice entonces una primarias con un solo candidato. Si algún militante o ciudadano común, de inteligencia sin duda menor a la suya de dirigente socialista, le pregunta qué sentido tiene esa pantomima, silbe, usted silbe. Silbar hará que todo vaya mejor.

Paso 6. En esas primarias de candidato único presenten a un clásico indeleble de los gobiernos socialistas desde hace décadas, que fuera ya ministro cuando la mayoría de los concentrados en la puerta de sol no habían nacido.

Paso 7. Que el candidato haga un último esfuerzo por convencer a todos de lo benéficas que han sido las políticas de recortes emprendidas por el gobierno. Políticas que no son contrarias a nuestros principios porque de eso tenemos varios, que se aplican según conviene a los intereses de España y de los mercados.

A estas alturas usted habrá podido comprobar que el ciudadano le odia, su electorado ha desparecido, y la militancia está hundida, y que nadie le compra esa moto, porque se quedó gripada en medio de la plaza del pueblo el 22-M.

Si sigue todos estos pasos con el debido cuidado, habrá conseguido algo muy meritorio: que un político de la talla de Mariano Rajoy sea el presidente con mayor apoyo parlamentario de la historia democratica de España. Enhorabuena.

FUNDACIÓN FAES