Gerena - Sevilla

Pocas cosas hay más perniciosas para la democracia que el bipartidismo. Es una simplificación de las múltiples ideologías que tiene la sociedad. En un sistema donde impera el bipartidismo, los dos únicos partidos que existen en la práctica tienden a parecerse, a hacerse iguales buscando ese voto que pulula entre los dos, buscando el voto de esos indecisos que unas veces votan a uno de ellos y otras veces al otro. Los asesores tratan de diferenciar a su candidato por su sonrisa, por parecer más responsable, por parecer más divertido. Las campañas electorales dicen mucho de aquellos a quienes van dirigidas. La ceja de Zapatero, la niña de Rajoy.
Deberíamos enfadarnos, porque quienes tratan de convencernos con una campaña estúpida, es porque nos tiene por estúpidos.