La corrupción se puede erradicar. No hay mañana en la que nos levantemos, encendamos la televisión o leamos el periódico y no aparezca en titulares la corrupción. Día tras día nos enteramos de nuevos casos, nuevos robos, nuevas burlas a la ciudadanía que paga la fiesta con sus impuestos. Parece ser que nadie se salva, y es que la corrupción no entiende de siglas, la corrupción es inseparable del poder. Los ciudadanos tienen motivos más que de sobra para estar asqueados, pero cuidado: Las alternativas a la ‘vieja’ política no son nuevas y son más corruptoras si cabe. El político si en el uso de sus funciones se corrompe es precisamente porque tiene poder para hacerlo, porque su funciones son tan extensibles que le permiten hacer lo que quiera. Por tanto, no se puede acabar con la corrupción sin acabar antes con el exceso de poder. Si no podemos conceder contratos públicos arbitrariamente, no podremos ofrecer favores a empresarios amigos a cambio de una comisión. Si la financiación de los sindicatos o patronal no depende de los políticos estos no podrán ejercer presión y/o coaligarse para sus tejemanejes inmorales. Si los políticos no pudieran regular a su gusto todo los ámbitos posibles de la ciudadanía no se harían las leyes a medida como quien compra un traje a un sastre. La política no debería existir para gobernar, si para gestionar. Los ciudadanos somos lo suficientemente responsables para saber autogobernarnos y en un marco de libertad avanzar como la civilización avanzada que somos. No hago con esto un llamamiento a la anarquía ni mucho menos, pero estaremos todos de acuerdo en que los millones de euros dilapidados en observatorios andaluces estarían mejor gestionados en los bolsillos de sus legítimos dueños; los ciudadanos. Si el BOE no se utilizará como una revista del corazón en la que se publican un millón de hojas con nuevas regulaciones y leyes al año, seguramente sabríamos mejor como actuar acorde a la ley. Si los presupuestos que se manejan no fueran tan exageradamente grandes, se dilapidaría mucho menos. Si no hubiera tantas empresas públicas y puestos de libre designación, se acabaría con los enchufismos. Si los funcionarios de gestión se dedicarán a ayudar a solucionar los problemas de la gente y no a entorpecerlos, como pasa ahora, seguramente muchos de ellos sobrarían. Libros enteros se podrían escribir al respecto; regulaciones que sobran, presupuestos inflados, trafico de influencias y enchufismos, regulaciones innecesarias, etc. Una vez diagnosticado el problema, vayamos a la soluciones. Hagamos un ejercicio de ‘benchmarking’ observando cuales son los países con menos corrupción e imitando sus modelos. Una comparativa hecha por Ronald Alexander Pavellas que relacionaba los informes de Transparencia Internacional con el Índice de Libertad Económica demuestra que a mayor libertad económica, menor corrupción. Los países más liberales del mundo son los menos corruptos y es fácil entender porque en relación con lo expuesto en el párrafo anterior: Si el político no tiene poder económico, no tiene donde robar. Si los empresarios no pueden sobornar, no se llevarán concesiones públicas que no merecen. Si los sindicatos y patronal se autofinancian no tienen motivos para aliarse con el poder. La corrupción urbanística es el ejemplo más claro y fácil de entender; El político es que el que decide donde construir, quien puede hacerlo y que categoría tienen los terrenos. El gasto social en España representa el 28% del PIB, pero el gasto público en total representa el 48% del PIB. Tenemos un 20% perfectamente recortable, 200.000 millones que dejarían de estar en manos de políticos y volverían al bolsillo de sus dueños, 200.000 millones menos susceptibles de ser robados. Estas premisas se engloban en mi teoría de la soberanía del dinero sobre la que ya he escrito muchas veces, pero que hay que repetir hasta la saciedad para que entre a martillazos en la conciencia de la gente. No nos robarán si no dejamos que nos cojan la cartera. “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente” Lord Acton, teólogo y ensayista. Por Edgar Fernandez. Pd. Libertad económica es lo que se propone en este articulo,!!es tan fácil de entender¡¡ porque entonces a esto se le llama recetas "ultraderechistas neoliberales" despectivamente. Nada tiene que ver ser liberal con ser "facha" ni de "ultraderecha",pero en este país se repite una consigna por intereses políticos y todo el mundo la repite sin tener ni idea de lo que dice. Saludos. |