A MI AMADÍSIMA MARÍA (FUENTE DE PIEDRA) Mi cielo, mi amada María: Hay días en los que te amo tanto, que mis ojos se cubren con tu alma. Hay días en los que te amo tanto, que temo que todo sea un hermoso y dulce sueño de una mañana de tierno verano. Hay días, pero, también tardes, Suaves y bellas tardes de primavera. Y, en ellas, tú: imponente, insolentemente guapa; Tu risa, tus labios, Tus ojos, tu mirada Y desnuda… tu alma Tiernamente enamorada Tiernamente enamorada. Y en las suaves y bellas noches de la primavera: Tú, siempre tú. Tú, la que siempre me amaste. Tú, la que me enamoraste. Tú, la que sólo respondes si te llamo amor. Tú, mi bella María, Melodía de un poema, Esperanza de un mañana, Un beso en el alma Tuyo, siempre tuyo, Adorando tu corazón.
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