Aznalcóllar - Sevilla

La noticia nos llegó en plena sede de nuestra 6ª en la Avenida de Andalucía, mientras jugábamos al escondite, en el que como siempre iba ganando J.J. ¡varios días sin que tuviéramos la mínima idea de dónde se había metido! Q.K. se acercó a mí por detrás, pero con buenas intenciones, y me dijo en un susurro: “Ha sido J.J.”. La sangre se me heló, como si me hubiera encontrado de frente con el fantasma del Generalísimo, y el ánimo me llegó apenas para decir: “¿Otra vez él?”.

De repente, me vino a la cabeza la última reunion con el Jefe Supremo (€) apenas hacía una semana, en la que con tono grave nos anunció que uno de nosotros lo traicionaría. Tras esta primera reflexión y mientras Q.K. y la concejala de Tussam se desgañitaban por la sede al grito de “!J.J., J.J.!”, una terrible sospecha comenzó a atormentarme : Si J.J. es quien había destapado el Gürtel quería decir, lógicamente, que el también estaba implicado, pero la cuestión era ¿se había arriesgado en semejante acción cuando estábamos en la Catedral e iba con el “taco” en el bolsillo, o era todo producto de una calculada estratagema?

Hice un esfuerzo por no atormentarme más de lo necesario así que decidí unirme de nuevo al dichoso juego, pero apenas había recomenzado la búsqueda de J.J., Q.K. se acercó a mí con cara grave y acabó de confirmar mi terrible sospecha: ante la ausencia del líder supremo (€) en nuestra 6ª la cosa se estaba desmadrando y la vieja guardia había tomado el mando de la situación. Al parecer, Sancho había hecho unas declaraciones en el foro diciendo que todo era culpa de los esquiroles.

Finalmente, y ante la imposibilidad de dar con el líder supremo (€), los tres en
solitario decidimos que lo mejor era unirnos al enemigo interno contra el externo, y ayer mismo nos sumamos a la opción Sancho, la de que el caso Gürtel es obra del contubernio sociata-esquirol, el mismo que organizó el engaño de los exmineros Es una teoría sencilla de entender por el pueblo. Y ahora perdónenme pero debo seguir con otras cosas mucho más importantes.
“¡J.J., J.J.!”

Megafonoman