Las cosas de mi cortijo El paro oficial ha sobrepasado cinco millones y sigue avanzando. El discurso oficial, no sólo el del Gobierno, abunda en la necesidad y urgencia de una reforma laboral para atajar el problema. Ríos de tinta y horas de emisiones de radio y televisión se vuelcan en mensajes que proyectan sobre la población la inminente operación de cirugía, afecte o no afecte a los contenidos de la Constitución. En este escenario se inserta la experiencia diaria de miles de trabajadores mandados al paro a través del correspondiente ERE y readmitidos a continuación por el mismo empresario, pero ya sin derechos laborales y percibiendo unos emolumentos en función de las horas de trabajo. ¿Qué hace la Inspección de Trabajo y con qué medios cuenta? Antes de que estallase la crisis originada por la especulación bancaria con toda su cohorte de delitos amnistiados, sobreseídos o ignorados, se sabía de la incapacidad del modelo productivo español para constituirse en base sólida y con futuro. Efectivamente el ladrillo, un El Dorado fugaz, depredador, padre y madre de todas las especulaciones y corrupciones se constituía junto a la precariedad como la receta española para los comienzos del siglo XXI. Desvanecido el ilusionismo se impone la realidad que dimana de una situación en la que la industria y los servicios de alto valor añadido tienen poco peso específico en la economía española; la industria supone el 17% del PIB y emplea al 14% de la mano de obra. Que unas pymes con problemas de todo tipo se constituyan en el 90% de la ocupación de la mano de obra no añade sino gravedad al problema de fondo. Esta situación sólo puede abordarse desde la intervención y dirección del sector público de la economía (potenciándolo y aumentándolo) y desde la asunción de los poderes públicos de una política orientada hacia los tres grandes yacimientos de empleo: educación, sanidad-protección social y medio ambiente. Y con ello políticas fiscales, tecnológicas y planificadoras que tanto pavor causan a la derecha y a una inmensa parte de lo que se autodenomina izquierda. Julio Anguita, |