Alcolea del Río - Sevilla

- Antoniooo, a comer, que está la mesa puesta -.
Su voz diligente subió la escalera y anduvo por el corral en pos de una oreja. Unos ladridos fueron la única respuesta.
Lo conocía mejor que así misma, llevaban juntos casi 50 años y no esperaba sorpresas, cuando acabara lo que tuviera entre manos bajaría, y si la comida estuviese fría, ni se daría cuenta.
Los hombres se jubilan y se dedican en cuerpo y alma a “sus cosas”.
Las mujeres no, y aunque el cuerpo es un rencoroso, que pasa factura de huesos, músculos, ojos, pelo, boca y todo cuanto se mueva, hay que seguir al pie del cañón por las malas o por las buenas.
De vuelta a la cocina, murmuró:
- Que coma cuando quiera-.
Y siguió en la encimera limpiando platos. Las cáscaras y mondas de verduras a la basura, las sobras de cuchareo y el pan, para los perros…
- Esta poquilla de leche para la gata Luisa, que también tiene derecho -
El fregadero fue llenándose de cacharros, el estropajo, se escondió entre ellos.
En la Televisión, el noticiario regional de las 2 de la tarde, insistía en un monólogo sin contrastes, editoriales de humo, sin opinión de la calle.
Una locutora impecablemente maquillada, peinada y vestida, con sonrisa de hija de dentista y pronunciación de catedrático andaluz de la lengua, traía las buenas nuevas.
Terrorismo, huelgas, recortes presupuestarios en Europa.
En África… Sequía, hambre y guerra.
Secó sus manos en el delantal, el mando a distancia hizo parpadear la lucecita verde, y un flash de imágenes se encadenaron unas a otras inconexas
- No hay nada que merezca la pena, hasta las 5, que empieza la novela -.
Una tapita de salchichón y un par de rosquitos, (para ir entreteniendo el estómago).
Lejos de irse, el hambre, llamó con más fuerza a su puerta. Comió el guiso de papas con carne, y de postre, (para dar la ‘puntillá’), las últimas naranjas a precios de oferta.
Había comido sola.
No le gustaba comer sola, ni dormir sola, ni estar en la casa sola, ni en fotos quería verse sola.
La soledad física y ella nunca se llevaron bien, se conocieron poco, sería por eso.
Era la menor de siete hermanos; tres varones y cuatro hembras. Los primeros años de su vida tendría casi todo, menos intimidad, espacios vacíos y silencios.
Al cumplir los nueve, se dio por concluido su aprendizaje escolar y comenzó a trabajar en casa de una hermana, casada con el encargado de una finca poderosa y principal, que tenía a su servicio, algo más de un tercio de los jornaleros del pueblo.
Criadas y peones deambulaban por patios, cuadras de mulos, lavaderos, y cuartuchos con olor a humedad, lúgubres y oscuros.
El despacho, (salvo el día de pago) era lo menos concurrido.
A los dieciocho, conoció a su marido. Se enamoró sin clemencia de aquel “Tesoreño” guapo con castigo.
No se defendió, había perdido irremediablemente el juicio.
La tarde que le cogió la mano, se sentenció a si misma cadena perpetua y se abrazó al veredicto.
A los veinticinco se casó y al poco su dormitorio se quedó sin pasillo. El lugar de la alfombra lo conquisto una cuna blanca de niños.
La soledad no encontró sitio, la habitación era pequeña y al llegar más hijos, se marchó enfadada tropezando entre pañales, patucos y abriguitos.
Cuando con los años volvió, ninguna a la otra quiso.


Un abrazo
Pepi Valero

No sé si mi opinión valdra pa ti porque ultimamente,me haces ver las cosas dandole esa vuelta a la tortilla,que sin querer queriendo,TE QUIERO TANTO,que cuando leo lo que escribes veo esa amiga escribiendo desde ese corazón tan grande que tú tienes,que esas palabras que escribes las veo,tal como tú quieres que yo las vea y creo que los demas veran tambien,me alegro tanto que te hayas cruzao en mi camino y poderte tener pa reir y llorar,quiero ser muy pero que muy egoista y tenerte siempre,QUE SUERTE TENGO DE TENERTE,ERES LA MEJOR MEDICINA, TERNURA, BONDAD,CARIÑO,SABER ESCUCHAR,PODRIA SEGUIR PERO LO MEJOR UNA AMIGA CON MAYUSCULA TE QUIERO.MANOLI GONZALEZ

Cuando termines esta bonita historia-biografica me gustaria tener un ejemplar.
Animos Pepi

Un alcoleano

Y vuelve a cumplir las tres I. Increíble, impresionante, impactante.
Si hay algo que me gusta de como escribes es la forma que tienes de acaricias las palabras enlazándolas las unas con las otras como si de una misma cadena se tratase. Increíble este relato tan verdadero, tan bonito, tan impresionante. Ya te lo dije, y te lo vuelvo a decir para que no se te olvide nunca, termínalo, porque lo mereces. Y todos queremos leerlo.

Un besito.
Te quiero.
Mercedes.

Pepi, precioso relato,aunque yo creo conocer a los protagonistas.y al igual que tu ,personas estupendas ,alas que aprecio y quiero un monton.un abrazo de tu amiga de siempre.Isabel Z.

Pepi, también a mi me gusta tu relato y tu modo de escribir. Espero que nos sigas adelantando capítulos de esta historia.
Y ya, de paso, os diré a todos que empieza a darme un poco de vergüenza escribir, ¡cada vez ponéis el listón más alto!, pero yo disfruto leyendo todo lo que aquí se escribe, así que... ¡venga...,quiero más!. Este ratito de la noche es para mí la hora de encuentro con todos vosotros y, aunque yo no escriba mucho, siempre estoy aquí. Cada uno de vosotros sois ya una pequeña parte de mí y, dicho sea de paso, hay algunas personas a las que empiezo a echar de menos y no voy a dar nombres para no dejarme a nadie atrás. A todas esas personas que nos tienen un poco abandonados y a todos vosotros, un fuerte abrazo.

"callejuela del río"

Pepi... yo soy de pocas palabras, pero ante ti aun tengo menos. Solo puedo decir IMPRESIONANTE.

Me encanta leer tus relatos.

Bss.

¡Sigue, sigueeeeeeeeee,! ¡ por fi!

Un besazo: carcelera-panaera