La Tia Petra... de Miranda RISAS y VERAS Uno del ochenta y tantos, Miranda no olvidará que vino aquí este Manolo c on ganas de visitar. En casa la tía Petra la audiencia fue a más, don José fue el magistrado don Manolo fue el fiscal, a Magdalena, vecina, la presidencia le dan. De buenos espectadores, Francisco y la Loli están, Víctor y la tía Petra, los reos, no se pudieron negar. Víctor tocó sus canciones, las de Jerre y el tío Sam, también sonó el tío Rodrigo, el roncero quedó atrás, pero al rebuscar su nombre por el san Benito está. Quien proteste del trabajo, bien se pudiera fijar en el caso de Peñaparda, que hasta poner la camisa, mil vueltas tiene que dar. Una peseta le falta pa octogenario llegar, con su buena faringitis y fuerte dolor lumbar , los romances, tonadillas, añorosas de cantar. Así se acabó la tarde y el juicio terminó en paz, Petra sacó una guitarra que todos querían tocar. Muchas cosas más dijera, mas me limito a callar, porque las plantas silvestres buen gusto no pueden dar. |