El Bodón - Salamanca

Hoy mis hijos han llevado un cuento al cole, que a su vez debe haber sido inventado por sus padres, algo habitual todos los lunes, una vez para cada niño.
Como el foro está ultimamente sin mucho que leer, os pongo aquí la historia de El toro Benito, para que al menos os entretenga un poco.

A mi hijo David, le apasiona las historias acerca de El Toro Benito, que su padre, o sea yo, tiene a bien contarle a menudo.

Para el que lo quiera leer y sin más pretensión que entreteneros un poco ahí va la historia (casi real) del toro llamado Benito.

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EL TORO BENITO

Había una vez un toro de negra capa y grande cuerna al que todos llamaban “el toro Benito”.

Benito, vivía desde que nació en una dehesa de Salamanca, y todos los días hacía lo mismo: se desperezaba por las mañanas, mugía un poco dándole los buenos días al resto de sus amigos y después vagabundeaba de un lado para otro, comiendo los abundantes pastos verdes que allí había y solía también echarse siempre una buena siesta a la sombra de las encinas.

Benito era grande, muy grande, cada vez más lo era más; y tenía fama de ser el toro más veloz de cuantos había por allí.
Un día, el mayoral que cuidaba a todo el ganado le dijo al toro Benito: “¿Benito, te apetecería salir del cercado y ver qué hay al otro lado?”. El toro Benito asintió moviendo la testuz y lanzó un gran mugido al que todas las vacas y demás toros del lugar respondieron. “De acuerdo, dijo el toro Benito, pero no quiero ir solo, me gustaría que pudiesen venir mis amigos”.

El mayoral estuvo también de acuerdo, y así es como quedaron para la gran aventura del día siguiente. Rápidamente, el toro Benito fue a buscar a sus dos mejores amigos, que se llamaban …… Paquito y Francisco, y eran dos bueyes también muy muy grandes, de color blanco y caramelo. A Paquito y a Francisco les pareció una estupenda idea poder acompañar a su amigo en aquella aventura.

El día llegó, y estaban todos un poco nerviosos, ya que nunca habían salido de aquel prado, y tampoco sabían muy bien a dónde iban a ir. Solo sabían que se lo iban a pasar muy bien y que iban a correr mucho, que era lo que más le gustaba a los tres.

Aquella mañana, Benito se desperezó como siempre, mugiendo al lado de la charca y rápidamente fue a despertar a Francisco y a Paquito, sus dos amigos bueyes, pues debían estar a punto para cuando llegaran a recogerlos los caballos.

Y con un sol abrasador, salieron despacio delante de al menos veinte caballos, tomaron la dirección de la salida del campo, y se fueron acercando poco a poco a su destino. Al principio, el toro Benito estaba un poco preocupado, pues aquel suelo duro de la carretera no se parecía en nada a la tierra esponjosa de su casa. No le dio más importancia y empezó a correr y correr, cada vez más rápido… y tras él, Paquito y Francisco seguían a duras penas la marcha, acompañados todos ellos por muchísimos caballos.

Y se fueron acercando a aquel pueblo que veían siempre a lo lejos y que tantas veces se habían preguntado como sería. Ahora, el pueblo al que llamaban Fuenteguinaldo, cada vez estaba más cerca … y se acercaron a “La cruz de villa”, de la que la mamá de Benito tantas veces le había hablado …… y siguieron acercándose más y más al pueblo….. y divisaron “La ermita” ….. y a muchísima gente por todos lados ….. pero ellos seguían corriendo y corriendo sin parar …. Y vieron al pasar mirando a su izquierda, a David y a María, que estaban apostados en la casa de Mari como solían hacer todos los veranos ….… y pasaron tan rápido que apenas dio tiempo a verlos ….. y siguieron corriendo por la “Calle El Cristo” hacia arriba, y corrían y corrían sin parar …. pues el toro Benito parecía no cansarse nunca ……

Cuando acabó el encierro, El toro Benito, Paquito y Francisco, se tumbaron a descansar un poco a la sombra, en los toriles, y bebieron un trago muy largo de agua fresca que les supo a gloria ….. Benito sonrió, y dijo a Francisco : “¿Corremos otra vez?” . Paquito les miró y los tres sonrieron …. Ya faltaba muy poco para el desencierro.

En El Bodón, a 27 de Noviembre de 2011.
JC, DAVID y MARIA.

Guinaldo, esto diría yo, que es dar de mama, la aficción, jeje....
Un abrazo

Deberían poner aquí también el boton de "me gusta", yo lo pulso.

Ante las expectativas creadas por las próximas aventuras del Toro Benito, tal vez si tengo ganas y tiempo os ponga algún otro episodio... eso sí, si mi nene quiere, que es "su toro" y "sus historias".

Eso es!, transmitiendo y manteniendo esa afición, que no decaiga.