Carrasco - Salamanca

En Carrasco ante del año 1.976, cuando el pueblo no estaba aparcelado, todos los labradores tenía vacas, unos más, otros menos, y por consiguiente y para cuidarlas se contrataba a un señor, lo llamábamos el vaquero, la mayoría del tiempo que yo recuerdo lo fue el señor Matías, se contrataba por una año y se renovaban por el 29 de Junio día de San Pedro, fecha que se renovaban los contratos de la gente empleada.

La mayoría del tiempo los animales que mas cuidaba el vaquero eran las reses mas jóvenes, las mas mayores casi siempre estaban en casa porque se tenía que trabajar con ellas, bien con el carro, o bien arando.

Cuando se juntaban más era en la primavera, cuando las llevábamos a pastar la hierba en los valles de la hoja.

en estas fechas que solían ser desde principio de mayo hasta Julio más o menos las cuidaba el vaquero auxiliado por dos o tres personas para evitar que se comiesen los frutos que había sembrados y preparados para poder cosecharlos en el verano.

Se llevaban a pastar por las mañanas de madrugada, y luego por las tardes a partir de las 17 horas hasta el anochecer.

Por las tardes para juntarlas para ir a los pastos, sobre las 17 horas, se tocaba la campana de la iglesia, y así la gente ya sabía que tenía que llevar las vacas al punto de reunión.

Había un día que lo teníamos considerado muy especial, y solía ser el primer domingo de Mayo, era el primer día que se juntaban las vacas, hacía tiempo que no se veían, se extrañaban, y se peleaban, entonces es por lo que llamábamos el día de las luchas entre los animales, para nosotros era una fiesta, íbamos todos para ver como luchaban y para ver cual era la que más podía.

Las mejores luchas se realizaban entre los novillos, eran de más duración y por consiguiente mas divertidas.

Las peleas entre vacas duraban poco, estas cuando una ve que una tiene menos fuerza, abandona enseguida.

Los novillos pelean y pelean, a veces hasta se cansan, pero al final siempre hay uno que es el vencedor.

Pasaban un par de día y ya estaba todo normalizado, ya sabían ellas y ellos quien era el que repartía el bacalao, son muy inteligentes, se dedicaban a mirarse y a pastar la hierba.

Y así pasaba el tiempo hasta que llegaba el Otoño y las vacas de trabajo se empezaba a quedar en casa para realizar las faenas del campo.

El resto otra vez con el vaquero, salir por la mañana para el monte y regresar por la tarde/noche para darles de comer y dormir en los corrales destinados para estos fines.

A las vacas como al resto de los animales que van en rebaño, a unas pocas se les ponía un cencerro para que con el sonido de los mismo se orientaran el resto por donde estaban.

Otra cosas: antes del primer día de juntarlas para ir de pastos, le espuntábamos los cuernos un poco, se los cortábamos con un serrucho, para así evitar de se los clavasen y se sacasen las tripas a correr.
Cualquier prevención era poca.

Bueno ya os contaré mas cosas otro día

Juanito.