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Villalba de Guardo - Palencia

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España > Palencia > Villalba de Guardo
02-12-10 17:04 #6637468
Por:delaheraluis

SIGUIENTE HISTORIA AGUSTIN Y OS LOBOS
COMO ES LALGO LARGA OS LA SERVIRÉ EN DOS CAPÍTULOS
CAPITULO PRIMERO
UNA HISTORIA DE LOBOS

En nuestros viejos recuerdos e historias siempre el lobo estaba presente, siendo una imagen de miedo y terror para los niños porque los villalbenses y el animal nunca se han llevado bien.
Villalba como pueblo agrícola, ganadero y donde cada casa tenía animales, rara era la que se había librado de no haber sido víctima de los ataques del lobo.
A veces, hasta se había salido a darle batidas para ahuyentarle o darle muerte y, era tal la animosidad de los vecinos que cuando uno era abatido se le llevaba en exhibición de pueblo en pueblo y se recaudaban sus buenos “duros”.
Hasta hubo un tiempo en el que la administración pagaba un premio por su muerte.
Los rebaños tenían sus perros mastines a los que se ponían unos collares de doble badana y clavos llamados “carrancas” y cuando se amasaba siempre se hacían enormes hogazas de pan de centeno para ellos. Los pastores le odiaban porque es un animal que no sacia su hambre con coger una oveja o res y matarla, sino todas las que podía.
Cuando llegaba el final del otoño y algún animal quedaba por la Vega, los Zaldejales, el Soto o el Monte, eran muchas las posibilidades de que al día siguiente apareciera muerto por ellos.
Muchos lobos murieron por cazadores con licencia y otros de forma clandestina por los que no la tenían.
En Villalba, era difícil cazarlos con cepos por la peligrosidad que tenían para el resto de animales domésticos que pacían por todo el pago y la morfología del monte, pero sí se usó, y lo que nunca se utilizó, al menos nunca lo oí, fue el veneno.
Hay hasta un valle que lleva el nombre del animal en la raya con Fresno “Valdelobos”.
Su caza, se hizo más difícil cuando los inmensos pinares que rodean el pueblo crecieron y fueron un refugio más seguro para ellos e inaccesible para el cazador.
Hasta hace poco era fácil verles en el entorno del viejo vertedero de Guardo y todos los años los pastores suelen avistarles aunque no con la asiduidad de años atrás y hasta siguen cobrando su tributo a algún ganadero del entorno.


EL ÚLTIMO GRAN CAZADOR

AGUSTIN Y LOS LOBOS

PRIMERA PARTE (LA MUERTE DEL LOBO)

En Villalba, siempre hubo grandes pescadores y cazadores, porque entre otras cosas estas dos actividades eran fuente de riqueza e ingresos para el pueblo y sus gentes. Llenaron muchos estómagos, paliando el hambre y daba dinero su venta.
Por el mes de diciembre, era normal que ya hubiesen caído algunas nevadas y “gordas”.
En vísperas de Navidad, el monte estaba salpicado del níveo elemento y siempre por estas fechas se poblaba de cazadores, en busca de liebres, perdices, alabancos y otros animales para poder celebrar mejor las fiestas o acompañar a la cena.
Agustín Lobato, o mejor dicho Agustín Jesús, porque este es, su verdadero nombre, ha sido, quizás, el cazador más grande que ha tenido este pueblo. De él, decían muchos que hasta sabía donde dormían las libres.
Nadie queda hoy en el pueblo que conozca los viejos caminos y todo el páramo, con sus antiguos nombres como él, y muchas de estas veredas hoy perdidas acompañaran a los nombres que se perderán.
Aquel lunes veintidós de diciembre de 1962, día de la lotería, Agustín que a la sazón trabajaba en Explosivos Rio Tinto en Guardo tenía un día de descanso por cambiar de relevo en la fábrica y, en vez de dedicarlo al descanso daba rienda suelta a su pasión, más que afición por la caza y además aportar algún suplemento alimentario a su hogar.
Muy rara vez había vuelto de su partida de caza con el morral vacío.
Cogió su escopeta que se colgó al hombro. Comprobó su canana, completa y después de analizar la distribución de sus cartuchos: aquí mostacilla, perdigón medio, gordo y alguna posta, se la ciño a su cintura por encima de su tabardo. Cogió su morral en el que introdujo su navaja, una cajetilla de cerillas y un bocadillo y se puso en camino. Agua no llevaba, sabía de sobra todas las fuentes el páramo por lo que no necesitaba ir mas cargado.
Con dos silbidos llamó a “Puskas” su estimada perra y fiel guardián además de compañero de caza y varga arriba decidió encaminarse hacia el Alto camino de los Bardales. Un lugar en el límite con Fresno y Fontecha donde conocía un lugar frecuentado por las perdices “rojas” ahora robustas y orondas en plenitud de sabor y peso.
No había salido muy pronto porque en aquel primer día completo del invierno la mañana había estado brumosa y fría y se había ido despejando según avanzaba la jornada.
Una ágil liebre se había cruzado en su camino, pero ésta, había visto antes al cazador y el peligro y había huido velozmente. Estaba demasiado lejos para disparar y su objetivo no era ella , en ese momento. No obstante fotografió en su mente la zona y… al volver, si la caza no había sido satisfactoria miraría con más esmero hasta dar con ella, porque sabía que las liebres como todos los animales tienen su territorio del que apenas se alejan si no hay peligro. Se acercó a observar el terreno de donde había saltado y dando dos vueltas en círculos concéntricos enseguida descubrió sus doradas cagalitas, y viendo que eran lo suficientemente recientes supo que en unos días no cambiaria de cama por lo que siguió su camino.
Por aquellos años eran muy abundantes “las rabonas blancas” por todo el páramo.
Siguió en busca de su destino sorteando trozos de tierra nevados y otros claros y a medida
que iba hacia el sur la nieve era menor y la capa más delgada. Era un gran andarín y no estaba lejos de su destino.
Divisaba en lontananza las suertes de “Majada Vieja” y tan sólo le quedaba bajar al valle y subir a la solana. Además conocía una fuente en la que aprovecharía para darse un buen trago “a morro” que no con las manos a modo de cuenco o tirando agua a la boca a salpicón.
Su mente, a medida que se acercaba a su objetivo comenzó a preparar una estrategia que por realizada muchas veces era más una rutina.
Observó el sol, se percató de la dirección del viento y comenzó a evitar las matas altas de urces para caminar más silencioso. Descolgó su escopeta que recostó sobre su antebrazo izquierdo y acarició con su derecha la culata, y comenzó a estar en alerta máxima, porque a veces había sorpresas y había que estar atentos.
La perra, se alejó algo más lejos de lo deseado hacia el fondo del valle y al poco rato comenzó a lanzar aullidos lastimeros que Agustín no conocía. Apretó el paso y a unos treinta metros observó como una pareja de lobos estaban acosando al animal con las peores intenciones.
Sufría la perra el acoso de los dos lobos y se refugiaba entre las matas de brezos como podía, dando tumbos y revolcones.
Agustín, nunca sabrá explicar que fue lo que hizo para en aquellos treinta metros y sin detenerse, cambiar sus cartuchos por los de postas, cerrar la escopeta y sin apenas apuntar echársela a la cara y disparar. Recuerda como uno de los lobos sorprendido de su presencia se quedó mirándolo y dejo de morder al animal, momento que aprovechó el cazador para darle el tiro. Era un gran cazador y de excelente puntería. El animal dio un pequeño salto y quedó inmóvil en el suelo. El otro lobo que había enganchado a la perra la soltó con el estampido del disparo y comenzó a huir.
Agustín volvió a levantar su escopeta alineando su ojo con el cañón y el animal que huía y…con precisión disparó de nuevo. El animal con un seco aullido dio dos tumbos entre las urces y se quedó inmóvil.
La perra también se retorcía de dolor pero sus ladridos tenían un cierto tono de agradecimiento.
El cazador, se quedó quieto en el sitio por un momento. Abrió su escopeta, sopló sus cañones, recogió las vainas para rellenarlas de nuevo y sin perder de vista el escenario introdujo en el alma del arma otras dos postas. Llamó a su perra que renqueante y coja acudió a su lado, la acarició al tiempo que comprobó las dentelladas de las bestias para calibrar su gravedad y con paso lento y precaución se acercó hasta los cuerpos de los lobos. Sabía que en el segundo animal había hecho blanco seguro pero del primero no estaba muy seguro, la sorpresa, las prisas, la improvisación. Tocó el cuerpo del animal con el cañón de su escopeta y ayudado de su pie dio la vuelta al cuerpo. Repitió el mismo ritual con el segundo y al certificar su muerte dejó su arma en el suelo y volvió a comprobar que las heridas de su perra no eran graves. Rompió unas matas de brezos albares con su pie para tapar y proteger a los animales de las aves carroñeras y se encaminó al pueblo. La caza por aquel día, había concluido.
Volvía satisfecho, era la segunda vez que mataba un lobo y esta, por partida doble, para él, que en su juventud había sido pastor era un gran día. Vengaba en aquella pareja de lobos la rabia, la impotencia contenida muchas veces y muchos años por no poder hacer nada ante dicho animal cuando sus rebaños eran atacados.
Así que, aligeró sus pasos porque el día se le echaba encima, pronto se iría la luz y aún debía volver al lugar de los hechos a recoger sus presas.
Pero, al llegar a Cagazas a un kilómetro de distancia, más o menos, se encontró al tio Justino que estaba acabando de sembrar una tierra de avena.
Agustín se acercó, le contó lo sucedido y le pidió el burro.
Regresó al lugar de los hechos y con algunas reticencias del animal al percibir el olor de los lobos, los cargó y los bajó al pueblo.
Se olvidó de las perdices y aunque los lobos no se comen, éstos le iban a ser mucho más rentables que aquellas.
La noticia corrió como el viento de casa en casa y enseguida a la puerta de su casa, que por entonces vivía cerca de la iglesia, en la calle mayor acudió medio pueblo para ver a los lobos muertos. De nadie se sabía que en una sola mañana, un solo cazador hubiese matado dos lobos.
Todo el pueblo se asombró y alegró, a la vez que el prestigio de Agustín crecía y con él, la admiración del pueblo. Pero quienes se alegraron sobre manera fueron los pastores, que al regresar a casa y al enterarse de la noticia se acercaban a dar la enhorabuena al cazador.
Aquella Navidad, la hazaña de Agustín y las leyendas de lobos fueron la conversación preferida.
Puntos:
02-12-10 17:06 #6637478 -> 6637468
Por:delaheraluis

RE: SIGUIENTE HISTORIA AGUSTIN Y OS LOBOS
PERDONAD EL ENCABEZAMIENTO PUES POR LAS PRISAS HAY ALGUNOS FALLOS GRÁFICOS UN SALUDO
Puntos:
08-12-10 17:10 #6663966 -> 6637478
Por:delaheraluis

RE: SIGUIENTE HISTORIA AGUSTIN Y OS LOBOS
Quisiera subsanar un fallo. Agustin tiene de segundo nombre Jose no Jesus como he puesto por error.
Puntos:
22-12-10 14:22 #6748000 -> 6663966
Por:J.CELADA

RE: SIGUIENTE HISTORIA AGUSTIN Y OS LOBOS
hOY TENEMOS QUE APOSTAR POR SALVAR AL LOBO
Puntos:

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