Santibáñez de la Peña - Palencia

El Banco Santander ha jugado sucio con la comercialización del ‘Depósito Pagarés’, un producto a plazo fijo pero con el que, a la hora de dar información, adjunta una ficha de los ‘Pagarés Banco Santander’, un producto mucho más peligroso. El objetivo es confundir a los consumidores para que se dejen llevar por la rentabilidad de los pagarés creyendo que están contratando un depósito.

No se deje guiar por la labia de sus comerciales

El Banco Santander está ávido por captar pasivo. En vistas del terremoto financiero que está sacudiendo al sector, y a toda la sociedad, Emilio Botín parece haber dado órdenes a sus huestes para captar el mayor capital posible. Así se desprende, al menos, de la actitud de ciertos comerciales que parecen desconocer el significado de la palabra ‘depósito’ y de las diferencias en cuanto a seguridad que tienen este y otros productos.

Así lo ha constatado un técnico de ADICAE. Entró en una oficina del Santander diciendo que quería contratar “un depósito para meter unos ahorrillos que tengo”. El primer producto que le ofrecieron fue ‘El Gran Seguro Ahorro Inversión’ -ojo al maquillaje comercial del nombre...-, que consiste en invertir en bonos del ICO y cuya rentabilidad está ligada a la del índice Eurostoxx 50 en los mercados bursátiles. Es decir, puede que no se gane nada. Nuestro compañero insiste: “bueno, pero quiero un depósito o algo similar en cuanto a seguridad”. La comercial se saca otro as de la manga: El ‘Santander 100 por 100 11’, un fondo de inversión que invierte en deuda pública de la zona euro y que no tiene liquidez el primer año. Insistimos: “muy bonito, pero quiero un depósito”. Nos ofrecen uno, con una rentabilidad muy baja -entre el 1’35 y el 2’25%, a 18 meses-, que no nos convence. “¿Y qué más tienes?”. Respuesta: “pagarés. Dan una rentabilidad de hasta el 4’05% a 24 meses y están garantizados por el Banco Santander”.

Al Banco Santander no le conviene que sus clientes contraten depósitos, quiere ‘secuestrar’ sus ahorros con productos que le ayuden en sus negocios o que les permitan ‘soltar’ su propia deuda y reforzar su balance. ¡No se fíe de la labia de sus comerciales! Y, si tiene dudas, acuda su sede de ADICAE más cercana.