A Xironda - Orense

Compartimos la morriña,
nuestra morriña Gallega,
los sentimientos que afloran,
las lagrimas y suspiros que
salen de nuestras almas.
Aun que estemos repartidos
por los rincones del mundo,
nuestra morriña nos une,
nos une en lo mas profundo.

Un fuerte abrazo.

MORRIÑA

Hace muchos años de Galicia me marche,
con la maleta cargada de tristeza,
lagrimas, angustia y pena.
Con el paso de los días
la ansiedad de volver a mi tierra me acompañaba,
por la noche el insomnio no me dejaba dormir.
Me levantaba con decaimiento y sin ganas de comer,
desilusionada me ponía a trabajar,
la añoranza de mi pueblo y de mi familia me deprimía,
las ganas de volver a verles eran tantas,
veía tan lejos las vacaciones,
el tiempo no pasaba, seguía triste y desamparada,
me encerraba en mi soledad.
Por fin llegaron las vacaciones,
el viaje era interminable, las curvas insoportables,
pero después de numerosos mareos llegue a Verin,
¿Qué cerca estaba mi casa, mi familia y mi pueblo?
Solo faltaban unos kilómetros para verles.
Cada vez estábamos más cerca,
la alegría aumentaba a medida que nos acercábamos.
Pasamos Cualedro, llegamos a Lucenza,
pronto podría ver a mi pueblo,
que pocos minutos quedaban,
¿Por fin esta aquí?
Podéis imaginaros lo que sentí,
cuando vi a mi Xironda desde el alto de Rañadoiro,
fue tanta la alegría, el corazón latía tan aprisa,
parecía querer salir de mi cuerpo para echarse a correr,
correr, correr sin parar….
Los minutos que faltaban fueron eternos,
al llegar a la casa de mis padres
¿Mi casa?
No dejé que terminara de parar el coche,
allí estaban mis padres y mi familia esperándome,
¿Por fin?
Llego el momento de recibir y dar, abrazos y besos,
de llenarme de ese amor que tanto echaba de menos,
acurrucarme en los brazos de mis padres y
de toda mi familia.
De mirarles a todos,
pisar en mi tierra y contemplar a mí pueblo,
¿Esa Xironda querida?

UN abrazo a los ke tienen la morriña Gallega y
son felices al pensar en su familia, amigos y pueglo.

Eu son outra das que sinte isa morriña; morriña de isa terriña, e das suas xentes, e entre isas xentes, a miña familia.
Outro saudo pa tí, Xirondesa1.

Hola Anduriña3, nos une el cariño a nuestro poeblo.
Para ti un fuerte abrazo.

Sabendo repartir oh amor chega ben, pra todooos,
Sabendo repartir oh amor chega ben, pra todooos.

Hay, hay, hay, meu amor, meu amor, meus amoreees,
Hay, hay, hay, meu amor, meu amor, meus amoreees.

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien
Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

Poema de Mario Benedetti.

MORRIÑa.
Me uno a ti con mi morriña Gallega, morriña llena de amor por mi querida tierra.

Un saludo.