Valtierra - Navarra

Las claves del sainete político

A la espera de que UPN decida hoy sobre la propuesta de Sanz de abstenerse en los Presupuestos de Zapatero tras el desencuentro total de ayer entre Sanz y Rajoy que augura una ruptura si se opta por votar distinto en el Congreso, los socialistas no han dejado pasar la ocasión de desvelar las claves que les interesan de este sainete político. Si el lunes era José Blanco quien dejaba en evidencia a Sanz y apuntaba que su continuidad en el sillón de presidente tenía como precio político la crisis con el PP -un pago que ahora exige cobrar-, ayer el actual secretario general de los socialistas navarros, Roberto Jiménez, ponía al descubierto un acuerdo con Sanz y le exigía que cumpliera con la palabra dada. "Si Sanz apuesta por Rajoy demostrará que UPN no cumple la palabra", dijo. En apenas una semana se han confirmado dos claves políticas de los hechos de verano de 2007, cuando tras las elecciones forales el PSOE frustró el acuerdo entre NaBai, PSN e IU: que Ferraz antepuso las urgencias de sus necesidades electorales en el Estado tras el fracaso del diálogo con ETA a la voluntad de los navarros y navarras que votaron a sus siglas -y a la de la mayoría de la sociedad-, con el mensaje de cambio político que ofrecieron en los comicios de mayo. Y que la continuidad de Sanz en el Gobierno de Navarra no tiene relación alguna con el llamado interés de Navarra , sino con la coyuntura política y electoral que en ese momento atenazaba al PSOE y con los intereses particulares de determinados sectores de la derecha y algunos sectores dependientes del clientelismo presupuestario. Esto es, la coacción como instrumento político a costa de la voluntad democrática de la sociedad navarra. El propio Sanz lo confirmó ayer mismo: "Mi objetivo es que NaBai no entre en el Gobierno". Una vuelta al viejo esquema del que vienen los vascos , como sistema de amendrentamiento social para asegurarse la permanencia perpetua en el poder, como vía para ocultar el agotamiento y falta de eficacia de la propia acción de gobierno o como vía de desviar la atención de la crisis abierta con el PP. Con todo, lo peor de este sainete es que introduce una interesada crisis política en un momento de desazón e incertidumbre social como consecuencia de la creciente crisis económica. Y que el intento caciquil de controlar la sociedad y el reparto de los recursos comunes con un solo partido dividido en dos siglas electorales forma parte de un pasado no democrático.

10/10/08