MIGUEL HERNANDEZ hace 100 años nació Miguel Hernández. El poeta del Pueblo, y cuando digo Pueblo lo digo con todas sus connotaciones. Porque Miguel era precisamente eso, una persona del pueblo. Pero además, casualidades de la vida, a Miguel le tocó vivir en una época muy difícil de nuestra Historia, seguramente la que más. Y fue entonces cuando demostró su categoría humana, su compromiso social y sobretodo su compromiso político. Y Miguel como no podía ser de otra manera, tomó partido, y se afilió al Partido. Al Partido Comunista de España, el PCE. Y en sus filas combatió contra el fascismo, por la causa más justa de todas, la Libertad. LAS ABARCAS DESIERTAS Por el cinco de enero, cada enero ponía mi calzado cabrero a la ventana fría. Y encontraban los días, que derriban las puertas, mis abarcas vacías, mis abarcas desiertas. Nunca tuve zapatos, ni trajes, ni palabras: siempre tuve regatos, siempre penas y cabras. Me vistió la pobreza, me lamió el cuerpo el río, y del pie a la cabeza pasto fui del rocío. Por el cinco de enero, para el seis, yo quería que fuera el mundo entero una juguetería. Y al andar la alborada removiendo las huertas, mis abarcas sin nada, mis abarcas desiertas. Ningún rey coronado tuvo pie, tuvo gana para ver el calzado de mi pobre ventana. Toda la gente de trono, toda gente de botas se rió con encono de mis abarcas rotas. Rabié de llanto, hasta cubrir de sal mi piel, por un mundo de pasta y un mundo de miel. Por el cinco de enero, de la majada mía mi calzado cabrero a la escarcha salía. Y hacia el seis, mis miradas hallaban en sus puertas mis abarcas heladas, mis abarcas desiertas. |