Riogordo - Malaga

Hay que ver lo instructivo que resulta un foro (como éste, mismamente)... Lo digo porque al meterse (lo cual no implica necesariamente el verbo "participar") gentes de toda laya, pelaje, raza, ideas y condición (a ver quién va a negarlo), mirado así, un poco al margen y sin pasión, es un escaparate muy entretenido, divertido y ameno. E instructivo, aunque ciertas enseñanzas deban aprenderse "por oposición" -es decir, tratar de ser (y procurar hacer) justamente lo contrario de lo que elucubraciones disfrazadas de sesudas reflexiones, proponen-. Sabiendo, por tanto, distinguir el grano de la paja, detalle para el que no todos los entrantes están mentalmente preparados.

El título del tema viene a cuento de esto mismo: Siempre hemos oido (y muchos hasta "escuchado") que no hay peor sordo que quien no quiere oir, peor ciego que quien no quiere ver, ni más torpe (la expresión original es otra, claro) que quien no quiere entender...

La "torpeza" de algunos es mental más que nada -que no es poco-; se niegan a creer lo que está demostrado por la historia (aunque no tenga que ser necesariamente con mayúsculas), alegando "no inspirarles visos de credibilidad, debido a las fuentes informantes". Pues señores, quien por sistema no está de acuerdo con los maestros -en la escuela, por ejemplo-, difícil será que aprenda algo en condiciones...

Bueno, el tiempo, que es un tirano sin sentimientos, apremia. Así que seguirá este tema cuando buenamente se pueda...

Siguiendo con este tema (al menos entretenido), que para nada va a servir a quienes más debiera servirles, porque como sabemos no hay más inútil que quien no quiere entender, peor sordo que quien no quiere oir, ni más ciego que quien se empeña en no ver lo que incluso tiene ante su vista, me permito hacer un extracto de un artículo de Francisco Bejarano, en su sección "Hablando en el Desierto", quien dice cosas muy certeras e interesantes:

..."Las libertades individuales tocan de los nervios a todos los movimientos gregarios que en el mundo han sido, políticos o no, religiosos o no, con excepción del cristianismo, que nos recomienda el bien, pero nos da libre albedrío para elegir el mal, e instituyó el perdón. El cristianismo también ha dado sectas y fundamentalismos, pero no está en su esencia.
Los antisistema, gente joven por lo general, sin horizonte exterior ni interior para buscar, y encontrar, salvaciones personales, no son propiamente antisistema, porque si no son tontos, saben que no se puede vivir sin sistema, y que todos, se encontrarán con la resistencia de las libertades personales.
Los gregarismos no quieren libertades individuales porque comporta un pensamiento personal. No las quiere en España la ETA; el uniforme externo desaliñado, en el que se reconocen unos a otros, implica una adicción a ideas cuadriculadas... Los islamistas que impiden la entrada de alimentos en Somalia, vuelan depósitos de abastecimientos de agua, apalean a los tibios o matan cristianos en otros paises, están advirtiendo a Occidente, es verdad, pero primero advierten a sus compatriotas...
Los experimentos totalitarios del pasado y del presente, de inspiración fascista o comunista, han ejercido la misma violencia, y por las mismas razones, contra el análisis particular de los individuos libres.

El buenismo ingenuo y crédulo, cuando existe, de los antisistema, no pueden ocultar una violencia latente, por más que hagan protestas de pacifismo y democracia, desde el momento en que toman las plazas para presionar con un pacifismo y una democracia de su invención y a su acomodo. Son los mismos que andan compungidos por la matanza noruega, pero asplaudieron el atentado de Nueva York; quienes se enternecen con el hambre somalí, pero consideran que había motivos para volar trenes en Madrid; los que llaman fascista a la pusilánime derecha española y simpatizan con el socialismo racista etarra. Son violentos porque las mentes colectivas lo son. Quisieran la peor de todas las esclavitudes, las de las mentes. Su agresividad no salta porque les parezcan malas otras ideas, sino porque no las entienden. Y al temor de pensar por sí mismos, le añaden el miedo al pensamiento desconocido."


Lástima, como decía al principio, que quienes debieran reflexionar más sobre lo anteriormente escrito, posiblemente no lean este mensaje.
O peor aún: que lo tachen, tanto al artículo en sí, al autor y al que ha hecho el extracto, de "fascista".