Riogordo - Malaga

Aunque parezca mentira, aún hay quienes recuerdan dicho día de 1981; y dándose unos aires de "grandeza libertaria" tan inflada como falsa. Aquella noche España se acostó (no todos durmieron, por cierto), tras la comparecencia televisiva del Rey, preocupada pero tranquiila.

No fue la noche de las falsas hazañas épicas que muchos se atribuyen (a mí, me lo van a contar...), y hubo miles que no pudieron dormir, porque la camisa -más que el pijama, por la cosa de los nervios- no les llegaba al cuerpo. En mi caso, sí que dormí sin mayor problema: todo el día en la obra y luego el kárate, me hicieron caer como un tronco (lo digo meramente a título informativo, aunque a pocos le interesará).

Muy resumidos, estos fueron los hechos. Así pues, Monedero "el inteligente sabelotodo" no tiene que contarme pasajes de nuestra Historia, porque yo sí los viví; tenía 25 años y la "mili" terminada hacía 2; él, 18 tan sólo:

Ya va para siete años, que murió una de las piezas fundamentales para hacer fracasar la opereta sin gracia del 23-F: Sabino Fernández Campo, por aquel entonces Jefe de la Casa del Rey. Este personaje (ya histórico) fue quien con la famosa frase "Armada ni está, ni se le espera", desbarató (desmoralizándolos) toda la trama golpista:


Vivió tras las bambalinas del poder y murió sin recibir el agradecimiento que se merecía ("España, mala madrastra", que se dice).

El año 82 (un año después), se cerró el último capítulo del fallido, esperpéntico y ridículo golpe de estado:

Estos sí que realmente no pudieron dormir; más que nada, porque no los dejaron: