Mollina - Malaga

1 de febrero de 2012

Con un hilo de voz, rodeada de togas, esta mujer ha relatado por qué hace seis años acudió a la justicia, para encontrar a su madre, fusilada en 1936

"A mi madre la mataron en el 36..." ha empezado Maria Martín López, de 81 años, a relatar su historia esta mañana ante el Supremo. Rodeada de togas, esta mujer de 81 años, ha explicado con un hilo de voz -"discúlpenme, estoy un poco afónica"-
por qué hace casi seis años acudió a la Audiencia Nacional.

"Yo lo que quiero es que me ayuden a encontrar a mi madre para poder enterrarla.

Nada más y nada menos", explicaba después a este diario.

-"¿A usted la han ayudado hasta ahora a encontrar a su madre?", le ha preguntado el abogado del juez Baltasar Garzón.

-"No".

"¿Quieren que esperemos 75 años más?",

se preguntaba ya en su casa, en Toledo, después de haber contado su historia ante los magistrados del Supremo.

"Yo no llego".

En el juicio no ha podido contar todo lo que quería.

"Se han quedado muchas cosas en el tintero",

lamentaba. Pero sí lo principal,

"A mi madre la fusilaron en 1936, con otros 27 hombres y tres mujeres",

ha relatado ante los magistrados.
No le ha dado tiempo a explicar que ella tenía entonces seis años, una hermana de 12 y otra de dos.
Que su padre estaba segando cuando mataron a su mujer.

"También fueron a por él y lo llevaron preso. Mis hermanas y yo nos quedamos con mi tía. Hasta que lo dejaron libre. El día que volvió de la cárcel me abrazó y no me soltó en horas. Mi hermana pequeña murió pocos días después".

Iba tranquila al juicio:

"Yo no he hecho nada malo. Y Garzón tampoco",

explicaba. Conocía bien los nombres de los magistrados del Supremo.
Al instructor de la causa contra el juez de la Audiencia Nacional por abrir una investigación sobre los crímenes del franquismo, Luciano Varela, le escribió un día explicándole por qué había acudido a la justicia e intentando hacerle ver que

"si fuera su madre" la desaparecida, estaría moviendo cielo y tierra por encontrarla.

pero el juez no le contestó.

Al salir de la sala, no le ha gustado ver a dos miembros de asociaciones para la recuperación de la memoria histórica discutiendo.

"Esto es una cosa muy seria. Es un entierro sin muertos

¿de qué va el juicio?¿porqué en el juicio los testigos solo forman parte de un bando?¿porqué Garzón no quiso investigar la matanza de Paracuellos?¿los muertos de unos son diferentes a los muertos de los otros?¿porqué se le llamó asesino a Fraga y no a Carrillo?¿crees que el Supremo está juzgando al juez Garzón por gusto, por amor al arte?
¿acaso no piensas que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley?
¿cres que el juez Garzón es DIOS y está por encima del estado de Derecho?¿qué es prevaricación?

Margarita,has visto en directo las declaraciones de las personas ante la piara de jueces y magistrados,declaraciones de personas con mas de 80 años,contando su PENA arrastrada desde los 8 años de vida,cuanto sufrimiento y recuerdos habrà tenido que soportar esta mujer,habla de su padre y como perdió a su madre.No soy quien para juzgar ni a Garzón,ni a los que fusilaron a sus padres,pero te diré una cosa,jamás diré una palabra en contra de lo que reclama esta mujer por que para ella es justicia.

Margarita te he estado contestando a un montón de mensajes medio en broma y medio en serio,con tono sarcástico y aderezado con un poquito de cachondeo,pero lo que tu defiendes y justificas es bochornoso.

En estos momentos lo que pienso de ti es que eres un bicharraco de mucho cuidado,que eres maliciosa,mala persona,irrespetuosa con los sentimientos y el sufrimiento de esta gente que han perdido padres y madres,

Yo con gente como tú no juego,elementa.

Jamás te contestaré a NINGUN mensaje que vengan de tu parte ya que das miedo,ahora entiendo por que nadie puede contigo y tienes para todos,LOS SUPERAS EN MALDAD A TODOS LOS QUE ESCRIBEN EN ESTE FORO,pero que muy mucho.

Hay lagarta que fascista eres.Esta es la derecha Andaluza.

Garzón, el juez que se cree un dios
Ana Luisa Pombo
Subdirectora del programa Los Decanos

Garzón es así. Va por la vida pensando que no hay en la tierra un juez capaz ni capacitado para juzgarle a él, que se considera un dios aunque sea de barro.

Ningún juez, ni siquiera algunos que se dicen sus amigos y con los que se corre más de una juerga, le parece lo bastante bueno para decidir sobre su presunta prevaricación, cohecho, escuchas ilegales, vulneración de derechos constitucionales o cobro indebido de dinero que apoquinaron personajes a los que él tenía que juzgar y juzgó mal…, así que va y los recusa a todos, o casi.

Primero recusó a cinco, ahora a otros cinco y mañana serán cinco más. Es su juego prepotente tirando a sucio, pero legal desde el momento en que nuestro sistema judicial garantista, permite que cualquier persona, ya sea violador, chorizo, malversador, prevaricador, asesino o cualquier otro tipo de individuo facineroso, pueda mentir de manera descarada y hacer todo tipo de trampas, con tal de defenderse o de no autoinculparse. Pero, no siempre lo que es legal resulta moral o éticamente aceptable. Tampoco la actitud de Garzón.
Casi ningún ciudadano corriente sometido a la justicia, por mucho que sufra una manifiesta animadversión por parte del juez que deba sentenciarle, pide su recusación porque, como dicen los abogados, si lo hace, a partir de ahí, otros jueces se encargarán de que las recusaciones casi nunca prosperen y la mayoría de las veces, ni siquiera sean admitidas a trámite. Eso le ocurre a cualquier ciudadano, pero es que Garzón no es un ciudadano más; aunque fullero, soberbio, prepotente y dudosamente moral, es un tipo listo que no solo conoce la ley, sino también la trampa y le viene sacando rendimiento desde aquél dichoso día en el que, respaldado por más de 300 policías, saltó de un helicóptero como si fuera el protagonista de un capítulo de Corrupción en Miami, en este caso de Arosa, persiguiendo una “nécora” que, por su afán de notoriedad y su trabajo de instrucción judicial condenadamente mal hecho, finalmente se le escapó casi viva y aquellos a los que había podido como grandes traficantes de droga, terminaron en la trena, pero por causas de blanqueo de capitales y cosas parecidas.

El “caso nécora” se fue al garete por el mal trabajo de Garzón, criticado soto voce y a cara descubierta por sus propios compañeros de judicatura, pero cuando Baltasar, imitando a los protagonistas de series americanas de segunda, se tiró de aquél helicóptero, nació una estrella mediática que recoge el dinero a espuertas, un dinero de apariencia tolerable en cualquier friki, pero de dudosa procedencia para un juez.

A partir de ahí, Garzón se ha metido en todos los fregados en los que podía haber algo de salsa y le han consentido tantas cosas, que lleva años haciendo de su capa un sayo y, por permitirse, se permitió incluso abandonar su juzgado estando de guardia, para montar su particular numerito contra la guerra en medio de una manifestación, sin que nadie le parase los pies.

Con esos antedecentes y teniendo en cuenta que, egocéntrico y vanidoso o no, de tonto no tiene un pelo, no es de extrañar que ahora, con tres causas judiciales pendientes en las que él es el acusado y conocedor de todas las triquiñuelas legales, recuse todo lo recusable con el propósito de retrasar los juicios hasta mucho más allá de lo razonable.

Él sabe perfectamente que si retrasa sus juicios por prevaricación, cohecho, cobros indebidos o violación de garantías constitucionales y consigue que lo juzguen primero por la cosa esa de la memoria histórica y por haber querido resucitar a los muertos, para juzgarlos y protagonizar unas cuantas portadas de paso, muchos que todavía no han sido capaces de aceptar que la guerra terminó hace 72 años, que Franco fue enterrado hace 36 y que la ley de amnistía cerró aquél capítulo terrible de nuestra historia, leyes como la de la amnistía han cerrado hace mucho tiempo, lo van a considerar su héroe.

Si logra ser juzgado antes por la cosa franquista, todo lo demás quedará diluido y pasará desapercibida cualquier otra acusación e incluso posible condena por llevarse la pasta gansa, malinterpretar las leyes para su propio beneficio o vulnerar los derechos constitucionales de los ciudadanos escuchando las conversaciones que mantienen con sus abogados y que, por ley, deben ser secretas.

Es posible que Garzón sea un listo capaz de alargar hasta lo indecible sus causas pendientes con la justicia e incluso que termine yéndose de rositas con el apoyo impagable de tribunales elegidos a su medida, pero lo que nunca conseguirá es quedar como un héroe a los ojos de la gente normal, porque la gente normal distinguimos muy bien entre héroes y villanos y sabemos que los héroes, afortunadamente, están hechos de otra pasta que no es la de Baltasar Garzón.

Yo opino igual que Margarita. O hablamos de la Guerra Civil, que mejor es que muchos se callen, o hablamos del juez Garzón, y de sus procedimientos. Yo creo que en este juicio se enjuicia lo segundo, aunque sus defensores (menudos defensores la Bardem y compañía..)y el propio Grazón, traten de desviar la atención hacia lo primero. Porque la Guerra Civil empieza el 36, pero nadie habla del 34 y de sus consecuencias...El que quiera saber que estudie...un poco mas de recato por favor.