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El Eje del Mal no es lo que nos dicen
La solución a los problemas del mundo no depende, desde luego, de los que lo dirigen, que ni son demócratas, ni religiosos, ni conocen la bondad y el único paraíso al que aspiran es un paraíso fiscal
Opinión - 04/11/2009 9:16 - Autor: Patrocinio Navarro - Fuente: kaos en la Red
Vota:- Resultado 5 votos Etiquetas: eje del mal, paz, guerra, democracia, fundamentalismo

Soldados israelíes.Resulta altamente llamativo que cuanto más se habla de democracia, libertad y derechos humanos más escasean en nuestro mundo por un lado, mientras que -oh, cinismo supremo- más guerras organizan en su defensa precisamente los responsables de su agonía.

Siempre estamos cerca de alguna fecha relacionada con elecciones. Hace pocos días en Túnez se confirmaba en el poder Ben Alí, el mismo que ya lo ostentaba, poco proclive a la democracia. Ahora mismo se acaba de renunciar a una segunda vuelta electoral en Afganistán a favor de quien ya estaba sentado en el trono por los EEUU, tan poco fervoroso de la democracia como su patrón. Y pronto tendremos las de Honduras, cuidadosamente preparado el golpe de Estado y diversos golpes de efecto hasta hoy para que no pase lo que no debe pasar, es decir, que el presidente que salga de las urnas , sea quien fuere, vuelva a alinearse con Venezuela. Pueda presentarse o no Zelaya a esas elecciones, los EEUU no están dispuestos a renunciar fácilmente –esto es lo que se intuye- a sus intenciones de formar un frente común con Méjico y Colombia (donde ya llegaron sus siete primeras bases militares) y donde la presencia de Honduras le vendría de perlas para intentar frenar el avance de la revolución en Latinoamérica. Ahora este fenómeno preocupa seriamente en la Casa Blanca, pues que desempleos, hambre, toma de conciencia popular de las injusticias, avance del indigenismo y reivindicaciones crecientes de expropiación o control mayor de las fuentes de energía se hacen notar cada vez más como factores de peligrosa combinación contra el Imperio. Y cuando esto sucede, el proceder de los auténticos enemigos de la democracia es siempre el mismo: atizar las contradicciones entre grupos de intereses, crear un malestar social y económico progresivo, provocar enfrentamientos con las fuerzas del gobierno elegido democráticamente (tal vez con su visto bueno inicial tiempos atrás), y acabar justificando la necesidad de ley y orden, democracia y derechos humanos…Entonces dan un golpe de Estado, llenan cárceles, torturan y exterminan, para terminar contando al mundo que ha triunfado la democracia y la libertad contra los enemigos del pueblo. El grado de cinismo de los especialistas “pentagonales” USA a la hora de diseñar cómo monopolizar el Poder mundial no tiene otro límite que el que nuestra imaginación les conceda.

¿Y cuando un pueblo cree en su soberanía?

Las nuevas generaciones deben saber lo que significa la democracia que vemos a diario en los medios de comunicación.

La soberanía popular, por medio del voto, legaliza el poder de los representantes parlamentarios, sí, pero por otra parte, y para contrarrestar cualquier exceso de celo del pueblo soberano, y evitar revueltas contra la injusticia o acabar con revoluciones como ya sucediera en la historia de países como España, Francia, Méjico, China, Chile, Argentina, Checoslovaquia Argelia , Palestina, China, etc., se establecen todo tipo de leyes y procedimientos legales, burocráticos, y autoritarios, para evitar al pueblo soberano convertirse en dueño de las democracias en cualquier parte, ejercer verdaderamente su soberanía,tomar el poder verdaderamente de tal modo que lo pierdan aquellos que organizan el mundo desde el FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial de comercio y todos los Alibabás de sus equipos vampíricos. Por supuesto, con la colaboración dela o­nU y la OTAN como garantes de que el Orden Mundial dictado por los conjurados internacionales no va a ser alterado sin que corra la sangre…en nombre de …(¿adivinan qué principios?)

Así es posible como nunca tomar decisiones que afectan a millones de personas con abstenciones del 60 ó 70% de los teóricos votantes, como sucede precisamente en Estados Unidos. Nunca se anulan las elecciones por falta de participación.

Todo está perfectamente organizado para evitar que los ánimos soberanistas del pueblo sean altos (claro está que se le dice que en él reside la soberanía y quienes elige gobiernan en su nombre), pero si el pueblo cree en su propia soberanía de verdad y está dispuestos a ejercerla como poder se restringen las libertades, si es necesario se llega al toque de queda, se activan todo tipo de mecanismos de control policiaco… y fin de la soberanía. Pero si los ánimos soberanistas son extremadamente altos y con los votos obtienen gobiernos que puedan contravenir intereses vitales de los que realmente controlan el mundo, entonces por la presión de los conjurados internacionales con los países anglosajones a la cabeza seguidos por todos los demás por orden de sumisión, se anulan las elecciones, o se arruina la economía del país que cruza la raya roja y, si ve necesario, se sacan los tanques del garaje o los bombarderos del hangar, pues siempre están engrasados y puestos a punto. Hay dos ejemplos relativamente recientes: Argelia y Palestina, y, subyacente, una gran preocupación en Occidente: el ascenso del islamismo mundial que en realidad es una reacción parecida a la que sucede cuando se mete la mano en un avispero. Occidente mete aviones con bombas. ¿Qué esperan que pase?...

Cada vez que hay elecciones en países árabes, se nota un nuevo movimiento de votos hacia los sectores islamistas más radicales que buscan su propio espacio de poder. Cuentan entre sus filas a muchos deseosos de venganza contra los que suponen los responsables de su miseria o de la miseria de los pueblos árabes. Algunos pertenecen al llamado cínicamente por los USA, Eje del Mal, como Irán, igual que antes lo fue Irak, pero nunca Arabia Saudí, o Israel, por poner dos ejemplos de países en la línea de negocios de la Casa Blanca S.L.

Seguimos en busca del eje del mal

Entonces ¿cuál es el Mal?... ¿La proclamación de la soberanía de los pueblos árabes en contra de los intereses occidentales? ¿La proclamación de los gobiernos occidentales de que sus intereses políticos, militares y económicos deben prevalecer aunque sea bombardeando naciones?

¿O será la proclamación de la religión musulmana como arma de combate contra la colonización, el expolio y las guerras de invasión de que han sido objeto ciertos países árabes bajo la bandera de otrofanatismo religioso, en este caso llamado cristiano? En ambos casos parece que la religión es el mal, eje en el que gira la veleta del mundo impulsada por ideas fanáticas y las explosiones de las bombas en Oriente para el juego de las Bolsas en Occidente... Pero todo es apariencia: democracia tanto como religión son tapaderas que sirven a los mismos fines.De un modo u otro, el Sistema Internacional de Alianzas del Imperio no puede peligrar nunca porque representa –vía política, militar, económica religiosa o cultural- los negocios de las multinacionales. Y estas no distinguen entre democracia capitalista o dictadura islamista, o entre pueblos, hemisferios o religiones, donde también gobiernos árabes como los de Egipto o Arabia Saudí con Irak y Afganistán ahora mismo forman parte de ese mismo juego con las inversiones de sus ricos en los sectores energéticos y de alta tecnología, tan amados por el neoliberalismo del que también forman parte... ¿Cuál es entonces el eje del mal? No parece ser precisamente una raya precisa entre Oriente y Occidente; no un asunto de choque de civilizaciones como se nos quiere hacer creer .No es, como vemos, un asunto verdaderamente religioso lo que provoca divisiones entre Oriente y Occidente cuando seplantea el problema reduciendo sus términos a al falso dilema de si es compatible Islam con Democracia.

Parece que nos aproximamos

El fanatismo, la codicia, la falta de conciencia ética y valores humanos y espirituales, el ansia de poder y el deseo de control geopolítico que se disfraza de asunto religioso es lo que es incompatible con un mundo en paz, y con las conciencias de las gentes de buena voluntad que quieren vivir en un mundo de libres e iguales presidido por el respeto, la justicia y el deseo de cooperar para mejorarlo. Pero la ideología dominante en todas partes tanto en Oriente como en Occidente _da lo mismo Inglaterra que Irán- es contraria a estos principios y solo sirve para separar a los pueblos de uno y otro lado del hemisferio mundial. Este es el eje del mal en torno al que gira todo el horror, toda la miseria, toda la injusticia y toda la sangre que se derrama en este Planeta acosado por ellos mismos.

El terrorismo islamista no es menos fanático que el terrorismo camuflado de cristianismo de los que bombardean casas, aldeas y países enteros. Todos pretenden justificar sus crímenes y ataques contra la libertad, la justicia y la igualdad utilizando la religión, el nacionalismo, la democracia, la legalidad internacional o lo que más les convenga en cada ocasión. Y quienes pierden, como siempre, son los pueblos, las gentes como ustedes y yo, los ciudadanos de un mundo cada vez más controlado y empobrecido por diversos poderes que no respetan las leyes de Dios sea cual sea la idea política o la religión que dicen defender.

Al igual que las ideas políticamente correctas, las religiones son utilizadas en el planeta como arma de combate, y como instrumento ideológico. De sobra conocen unos y otros gobiernos que el cristianismo belicista de las Iglesias nada tiene que ver con el pacifismo de Cristo. Este ha sido adulterado y utilizado como arma ideológica por el poder occidental como está siéndolo el islamismo con Mahoma por los gobernantes de países árabes. Unos y otros usan la religión como forma de dominación y excusa para la guerra. En ambas partes, la codicia, la prepotencia, el egocentrismo brutal y la falta de amor de los gobernantes abre cárceles, condena a muerte, censura periódicos, miente a sus pueblos, exacerba diversos tipos de sectarismo racista o religioso, siembra la desconfianza entre naciones y crea enemigos artificiales donde antes no los hubo.

En busca del corazón humano

El caso es que en ninguna nación del mundo se distribuye la riqueza con justicia; en ninguna existe el pleno empleo, sino un paro creciente; en ninguna se respetan los derechos humanos ni los derechos de la infancia, y en ninguna existe una legislación que prohíba las guerras. Y mientras, sigue vigente la pena de muerte en muchos de los más emblemáticos cualquiera que sea la religión que dicen acatar.

En ningún lugar de la Tierra los Diez Mandamientos, extracto de las leyes divinas universalmente aceptadas por todas las conciencias, se encuentran presentes en las leyes humanas ni siquiera como objetivo. Es cierto que no es lo mismo hablar de Suecia que de Haití, por poner dos extremos, pero eso es únicamente cuestión de grados. Es cierto que Suecia está más cerca que Arabia Saudita en el respeto a los derechos de la mujer, por seguir poniendo ejemplos extremos, pero también es cierto que ni siquiera en Suecia los ciudadanos tienen tal grado de civilización y conciencia que evite suicidios, ni malos tratos a la mujer, ni diversas formas de injusticia y conflictos en las relaciones humanas. Porque el mal, para estar fuera,en la vida de la colectividad, tiene que estar antes dentro de las gentes: no cae de las nubes.

Todo es una cuestión de grados, pues mientras en el corazón humano no se halle la paz interior, que nace del cumplimiento de las leyes divinas, no puede haber un mundo verdaderamente feliz, ni libre, ni justo, da igual la parte del mundo que miremos. Los problemas de la humanidad, por más que un régimen social o político avanzado en dirección a la justicia social colabore a ello, no pueden ser resueltos sin que cada uno cumpla con su Creador y trate a los demás como hermanos. Mientras esto llega, no existirá más que un único Eje del Mal: el eje del egocentrismo. Este es el verdadero problema mundial que late en el fondo de las conciencias y su solución depende de usted, de mí y de todos cuantos estamos en este Planeta. Desde luego, no depende de quienes dirigen el mundo, pues ellos son grandes hipócritas, grandes cínicos y grandes egocéntricos. De tener alguna religión, esta sería la suya.Y de crer en la democracia serían demócratas.

Alguien tiene algo que decir al respecto? Está claro como el agua.
Más de lo mismo.
Los terroristas más peligrosos, son los que llevan trajes de 5000 Euros,
y ocupan sillones de altos cargos politicos, Banqueros, y Multinacionales.

Mientras estemos en una "economía monetaria" siempre habrá escasez, hambre, guerras, etc.

Lo propio es como exponen en "El Proyecto Venus" una "economía de recursos".
Hay un documental por ahi del "Zeitgeist" versión en español, donde un ingeniero de recursos habla del proyecto.
Te felicito por la información aportada.
un saludo