Sin duda la Junta cumple su compromiso de conservación de las esencias andaluzas
TEODORO LEÓN GROSS
Andalucía tiene unas señas de identidad muy poderosas; y la Junta ejerce de celosa guardiana de esos rasgos que convierten esta tierra, desde el romanticismo, en uno de los lugares más reconocibles del planeta con sus pueblos blancos, sus olivares infinitos yéndose por los cerros de Úbeda, el flamenco de voces telúricas y muletazos de faralaes, los toreadores de Merimée y la «jaca negra, luna grande» de Lorca. El extranjero que visita Andalucía sabe a donde viene; y puede ver fachadas enjalbegadas en serranías agrestes, tablaos volcánicos, torres vigía sobre el Mediterráneo, juderías y mezquitas bajo la cruz de los campanarios, comer espetos de plata y por supuesto
bañarse en sus inconfundibles playas llenas de mierda. Un programa único. Y la Junta se ocupa de salvaguardar esas señas de identidad. Al margen de las directivas de los burócratas europeos, la prioridad de los gobernantes andaluces sin duda es la protección del patrimonio cultural,
incluyendo las 'typical playa de mierda'. ¿O no se trata de eso?
Porque si no se trata de eso, entonces se agotan los adjetivos del campo semántico de la ineptitud. La Junta de Andalucía, tras fijar la enésima fecha definitiva para completar el saneamiento integral en 2015, no ha realizado uno solo de los cuarenta y siete proyectos programados. La cosa manda huevos. Se podría entender que no se cumplieran todos los objetivos, que la crisis imponga restricciones, que se reprograme de la agenda, pero no hacer nada, literalmente nada, necesita una escala propia de desidia política. A pesar de cobrar cada mes un canon a los ciudadanos engordando sus arcas, así está el balance: cero depuradoras, cero colectores, cero estaciones de bombeo, cero emisarios, cero de todo. No se sabe si pesa más la indolencia política o la incompetencia, pero ese balance de cero proyectos de cuarenta y siete con seguridad requiere mucha incompetencia, mucha indolencia política y mucha negligencia. Y desde luego no cuela la crisis como coartada para justificar el fracaso del saneamiento porque la Junta arrastra esto desde 1991, hace ya más de veinte años, en detrimento de los intereses de la primera industria de la comunidad, motor de una economía precaria con un millón largo de parados.
Pero todo esto parece demasiado inverosímil.
Así que debe de ser lo del tipismo. Sin duda la Junta cumple su compromiso de conservación de las esencias andaluzas, el flamenco, los olivares, los pueblos blancos, los latifundios improductivos, la desindustrialización subvencionada, el parque temático sevillano de la corrupción, los adolescentes con peor ranking educativo de Europa, y por supuesto las 'typical playas de mierda' con sus 'typical floating andalusian cacas'. En apoyo de Mepreocupa: ya sabes que en los mejores tiempos de la censura, ésta había que esquivarla leyendo entre línes...