Carta abierta a mariano rajoy Manuel Ortega CARTA ABIERTA A MARIANO RAJOY Sr. Rajoy. Hace unos días, le dirigí otra carta, en la que le decía que no me siento representado por Usted, que consideraba que Usted y sus secuaces a los que llama ministros, eran una lacra para este país, porque lo están convirtiendo en una ruina. Tampoco reconocía a Usted autoridad moral para prohibir la bandera republicana, a la que usted consideraba que inducía a la violencia. Pues bien, como ciudadano libre que me siento, a pesar de la atmósfera fétida fascista que nos rodea, quiero decirle que Usted asaltó el palacio de la Moncloa, exhibiendo un puñado de votos que le daban mayoría, ganados con el timo de la estampita, con promesas falsas y engaños, se ganó el apoyo de unos ciudadanos defraudados con el anterior gobierno. La verdad es que no fueron tanto los votos que ganó. Pero las reglas del juego de este sistema democrático, como el juego de la ruleta de los casinos, está trucado para que siempre gane la banca. Usted entró en la Moncloa y se proclamó Presidente de un gobierno compuesto de delincuentes banqueros, valga la redundancia, negociantes de armas, políticos ambiciosos, con aparentes escrúpulos y algunas arpías para el equilibrio de géneros. Desde que asaltaron la Moncloa, Usted y sus secuaces están sacando diariamente carritos llenos de miles de euros, que, previamente han desvalijado de los ciudadanos, para entregárselos a los bancos extranjeros Usted está negando la posibilidad de que muchos jóvenes que perdieron sus empleos y sólo viven de la ridícula suma de 420 euros, tengan acceso a esa prestación, que ya no es tal, sino una dádiva caritativa dada por un gobierno generoso. Usted está descargando sobre las ya castigadas familias, la carga de esos hijos y nietos que quedan desvalidos, porque el Estado que Usted representa se niega a asumir la obligación que le corresponde y dejando a las familias esa responsabilidad, ocultando a costa de las familias, la realidad de millones de personas que estarían totalmente abandonadas y sin recurso alguno. La solidaridad de las familias oculta la terrible realidad. Usted Sr. Rajoy debe ser consciente de que no podemos seguir así durante toda su legislatura. No es una amenaza que profiero, pero tenga en cuenta que este pueblo está ya al borde de la desesperación. Cuando un pueblo está como lo estamos nosotros, al límite de nuestra paciencia, el miedo no será un freno para acabar con esta situación. Nos queda la dignidad como personas, como trabajadores y como pueblo. Y esa dignidad la defenderemos cueste lo que cueste. |