Si a algún ministro socialista de la historia de nuestro país se le recordará por sus declaraciones, será probablemente a Carmen Calvo. Desde sus problemas con el latín a su peculiar –pero se diría que muy secundada– teoría sobre "el dinero público".
Tras su paso por el Ministerio de Cultura, que acabó en abril de 2007, fue recompensada con un puesto en las listas al Congreso en las elecciones de 2008. A pesar de mantener un papel más que discreto durante toda la legislatura se mantuvo hasta el final y, de hecho, probablemente seguiría siéndolo en la actualidad de no haberse enfrentado a la excomunista Rosa Aguilar.
Actualmente ha vuelto a la docencia –es catedrática de Derecho Constitucional– y ofrece conferencias ocasionalmente.
