Mollina - Malaga

El PSOE ha acortado distancias con el PP en estimación de voto, pero no le sirve de mucho: el partido en el Gobierno le saca todavía once puntos según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de abril del que se hace eco Efe.

Así, el PSOE ha recuperado 1,6 puntos en estimación de voto, pero sigue sin alcanzar el 30% ya que se queda en un 29,6. Mientras, los populares han perdido 1,9 puntos de apoyo respecto al anterior barómetro, del mes de enero, y se quedan en el 40,6 por ciento.

La encuesta del CIS muestra una nueva subida de Izquierda Unida, que aumenta 0,7 puntos hasta el 8,6 por ciento, mientras que UPyD pierde 0,6 puntos en estimación de voto, hasta el 5,1 por ciento, y Amaiur mejora dos décimas, hasta el 1,3 por ciento.

En comparación con los resultados electorales del 20 de noviembre, estas cifras suponen que el PP ha perdido cuatro puntos, al mismo tiempo que el PSOE sólo mejora en un 0,9 por ciento.

El muestreo apunta por otro lado que todos los líderes de los distintos partidos sufren desgaste en el último trimestre, sobre todo Rajoy, y que ninguno obtiene el aprobado.

El presidente del Gobierno baja del segundo al sexto puesto en la valoración ciudadana, al obtener una nota de 3,84 -frente al 4,55 de enero-, mientras que la del secretario general socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, también baja -de 4,25 a 4,11 puntos- aunque le sitúa en segundo lugar tras la mejor calificada de todos, la portavoz de UPyD, Rosa Díez (4,47).

Pese a tener mejor nota, Rubalcaba inspira menos confianza que Rajoy: el 78,8 por ciento de los ciudadanos tiene "poca" o "ninguna" confianza en el líder de la oposición frente al 71,6 por ciento que tiene esa impresión del presidente.

El 26,2 por ciento tiene "mucha" o "bastante" confianza en el jefe del Ejecutivo, frente a un 18,4 por ciento en el caso del secretario general del PSOE. Tras Rosa Díez y Rubalcaba, los líderes más valorados son Uxue Barkos, de Geroa Bai, con 3,97; Josep Antoni Duran Lleida, de CiU (3,96) y el líder de IU, Cayo Lara, con 3,95.

Tampoco obtiene el aprobado de la ciudadanía ningún miembro del Gobierno, y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, que tuvo 5,41 puntos en la anterior encuesta, sigue en primer lugar, aunque con 4,31, mientras que el peor valorado es el titular de Educación, José Ignacio Wert, con 3,19.

Tras Gallardón, la segunda mejor nota la obtiene la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con un 4,22, mientras que en el otro lado de la tabla, por encima de Wert se sitúa en penúltimo lugar la ministra de Empleo, Fátima Báñez (3,51).

Javier Arenas es un personaje insípido. Ha sufrido el desgaste ideológico y vital del grupo político en el que se inició: la democracia cristiana. Pertenece a ese mariachi de políticos todoterreno, cuyo arquetipo es, precisamente, su suegro, el abogado Manuel Olivencia. Gentes que podrían haber figurado en cualquier formación política, de espíritu tecnócrata, poco amigos de principios y especialistas en la supervivencia. Gente que cae de pie, ora en territorio socialista, ora en territorio popular.

Sí, Javier Arenas presenta una gran desventaja frente a Griñán: se ha convertido en un miserable, como le ocurre a su jefe de filas, Sr. Rajoy. Pero con una gran diferencia. Y por una sencilla razón el no tendrá jamás la oportunidad de gobernar. Miserable, digo, en sentido prístino: esclavo de sus miserias, de su bajura de miras y, sobre todo, del mantenimiento en el cargo.
Jubílese ya Sr. Arenas