Jimera de Líbar - Malaga

Alcaldes a prueba de aula


Alcaldes muy preparados. Esa es la conclusión que se puede llegar que casi la mitad de los regidores de los 101 municipios de la provincia ha concluido sus estudios universitarios. Una cifra que llega al 50% si se tiene en cuenta a aquellos que han cursado o están realizando actualmente alguna carrera. Del resto, uno de cada cuatro ha terminado el bachillerato, otro tanto tiene estudios primarios, casi un 15% hizo Formación Profesional mientras que sólo uno reconoce que no tiene ningún tipo de formación. Un panorama que refleja la extensión de los estudios a todas las capas sociales y rincones, según varios expertos consultados.
Los 43 regidores con estudios universitarios concluidos (diplomados y licenciados) representan el 42,5% del total. Una cifra que se sitúa muy por encima de la media nacional de españoles que acreditan poseer un título universitario, un 29% según se desprende del último informe español de la educación elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Aunque no hay ningún informe específico para la provincia, el profesor de la Universidad de Sevilla Julio Ponce Alberca, en varios estudios sobre este asunto aporta una explicación al fenómeno de la cada vez mayor presencia de universitarios en las Alcaldías. Este investigador sostiene que estas personas forman una «elite local» antes que una elite política al tener un nivel cualitativo alto con respecto a la inmensa mayoría de sus representados.
Los datos recabados por SUR revelan que en los sillones de las alcaldías hay representantes de veintiuna carreras. Las más comunes son las de Derecho y Magisterio con ocho representantes cada una; le siguen los que estudiaron Económicas y Medicina -con tres regidores en cada una de las especialidades- e Ingeniero Técnico Industrial, Graduado Social, Enfermería y Matemáticas, con dos cada una. El resto van desde aquellos que estudiaron Periodismo, como David Valadez, alcalde de Estepona, hasta los que hicieron la carrera de Psicología, como el caso de la regidora de Jimera de Líbar, la popular Maite Domínguez, pasando por los veterinarios, biólogos, químicos o sociólogos. Llama la atención que no haya ninguna con estudios de Ciencia Política.
Uno de los casos más singulares lo protagoniza el sacerdote José Luis Torres, regidor de Cómpeta, licenciado en Estudios Eclesiásticos Superiores en Málaga y Medios de Comunicación Social por la Universidad Pontificia de Salamanca, quien hace dos años colgó -momentáneamente- la sotana para servir a su pueblo desde otro púlpito, el sillón de la Alcaldía.


Por partidos

Si el análisis se hace por partidos en relación con el número total de alcaldías que ostentan, el mejor parado es el PP ya que el 58,8 de sus diecisiete alcaldes son universitarios, le sigue IU, con el 45% de la veintena de municipios en que tiene la vara de mando; el PA con el 42,8% de sus siete alcaldías y el 40% de los cinco regidores independientes. El PSOE, la formación que gobierna en más pueblos -51- ocupa el último lugar con un 37,2% de sus alcaldes con estudios superiores.
Del total de alcaldes universitarios, el 16,2% de los mismos no se dedicaba a una profesión relacionada con sus estudios antes de acceder al sillón de mando. Un ejemplo, el alcalde de Almáchar, José Gámez, licenciado en Económicas era operador de comunicaciones del centro de conservación de la autovía A-7 en la parte oriental.
También han pasado por las aulas universitarias nueve regidores (los de Arriate, Benamargosa, Cuevas de San Marcos, Igualeja, Júzcar, Rincón de la Victoria, Villanueva de Algaidas, Villanueva del Trabuco y Villanueva de la Concepción) aunque aún no han concluido sus estudios
Pero, ¿qué supone tener unos alcaldes con una alta preparación? Rafael Durán, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Málaga, da algunas de las claves. «Es obvio que la formación de una persona le capacita para el mejor desempeño de sus funciones. Un político no puede ser experto en todas las materias, pero sí debe tener un mínimo de competencia tanto cognitiva como técnica. El conocimiento específico de una rama del saber no es indispensable, pero sí los conocimientos transversales a todos los saberes. De lo contrario, el dirigente político estará a merced de habilidades ajenas y tendrá tanta más facilidad para errar en su acción de gobierno. Cuanta más y mejor formación más consciente se es de la complejidad de los fenómenos sociales y se dispone de más recursos para hacer frente a las adversidades y aprovechar las oportunidades», sostuvo.
Eso sí, Durán matizó que el poseer más estudios «no garantiza» la honestidad de los dirigentes públicos como tampoco lo hace en el común de los ciudadanos.


De carteros a amas de casa

Respecto a aquellos regidores que han hecho formación profesional o tienen estudios primarios antes de entrar en la política se dedicaban a profesiones muy variadas, siendo la más común la de empresario -con negocios en el sector de la hostelería (el de Mollina, Francisco Sánchez Moreno, tiene un disco-pub), la construcción o una guardería (caso del regidor de Cútar, Francisco Javier Ruiz Mérida)-, la de agentes de Medio Ambiente -oficio al que se dedicaban los regidores de Carratraca, Pujerra, Faraján y Monda- o los provenientes del mundo agrícola. Carteros, electricistas, albañiles, profesores de autoescuela, funcionarios o amas de casa eran algunas de los empleos a los que se dedicaban algunos de los regidores antes de llegar a sus actuales puestos.
Antonio Díaz, del PP y con 62 años, es el único alcalde que afirma no tener siquiera el graduado escolar. El regidor de Canillas de Albaida desde 1995 ha trabajado en la albañilería y desde hace unos años compatibiliza su cargo con una empresa de construcción.