«Si no se fabricaran armas, ninguna persona moriría» Por la regla de tres de la horda carroñera antitaurina, si no se fabricaran armas, no habría guerras tan cruentas y no moriría tanta gente. Millones de personas mueren al año como consecuencia de guerras en las que se emplean armas automáticas, minas antipersona y anticarro, bombas de fragmentación, incendiarias, gases venenosos, misiles intercontinentales, bombas atómicas, armas de destrucción masiva. La culpa: de los fabricantes de armas, sin duda. Pero claro, el problema no es ése, el problema son los encierros de San Fermín, donde este año ha muerto un señor que estaba contemplando la carrera de los toros al caer de la talanquera donde estaba subido y ser corneado por un toro. ¡Mueran los toros bravos, causantes de tantas y tantas muertes de seres humanos en el mundo! ¡Acabemos con los toros bravos y de paso acabaremos con el mayor peligro que afronta la Humanidad: los encierros de San Fermín, que producen tantos miles de muertes en una semana como una guerra en un año! ¡Toros de lidia al matadero municipal a ser degollados en una muerte indolora!
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