Colmenar Viejo - Madrid

Son una gloria los parterres que están dejando en múltiples rincones del pueblo. Lindos, lindos (esta palabra tiene su matiz) Queda como para un premio al pueblo más florido de la Comunidad.
La empresa que lo realiza tiene verdaderamente unos trabajadores admirables, siempre se les ve realizando labores de mantenimiento y renovación de las zonas verdes.
Hay una diferencia abismal con aquellos tiempos en que las labores de esa índole las realizaban unos empleados del Ayuntamiento. ¡Qué ruina de mantenimiento! Podas a destiempo y desmesuradas, árboles admirables que desaparecían como consecuencia de la incuria y la desidia, o la ignorancia y testarudez, de aquellos “profesionales”: virtudes de la contratación a dedo hecha por unos equipos de gobierno que “sabían” lo que se traían entre manos.
Se nota que ahora, al menos, los trabajadores saben el oficio.
Habría que señalar, sin embargo, varios aspectos que no son de menor relevancia:
El Parque del Vivero ha perdido su gracia y salero para convertirse en una zona verde anodina, sin carácter, insulsa, poco atractiva, aunque haya ganado en seguridad y esmero.
Las zonas “de diseño”(rotondas y parterres), situadas con preferencia en la ronda sur-sureste, pero también frente a las pistas de tenis que están junto a la Residencia de Ancianos, tienen aire de “quiero y no puedo”, o de película en blanco y negro coloreada, o de mentalidad infantil de Disneylandia: bancales de hierba artificial o de cortezas y piedras coloreadas con pintura. Sabrán de plantas, pero lo que es de ornamentación no vegetal ni pajolera. Un pueblo de Madrid con carácter serrano convertido en un cromo. ¡Hay que ver lo que son capaces de hacer por ahorrar dos litros de agua! Eso dicen.
Es llamativa, sin embargo, la diligencia y frecuencia con que se renuevan las flores en cantidades descomunales y cada dos por tres. Eso es una pasta. Claro que como somos un pueblo que disfruta de unas cuentas saneadas será que nos lo podemos permitir sin gran menoscabo. Aunque podrían decirnos algo al respecto, pues tienen a gala difundir lo que han costado algunas de las obras de mayor prestancia. Y los jardines son vistosos y resultones electoralmente. Así que choca la ausencia de ese “detalle” del coste.
Pero, por otra parte, tampoco es que nos sorprenda, porque se desconoce casi todo lo que se refiere a las cuentas y funcionamiento de “nuestra” institución municipal. Sí, ya no hay deuda, solo hay remanente. Con eso, para qué preocuparse de más. Pues no es que sea preocupación, que lo es, es que es cuestión de interés y competencia: somos los habitantes del pueblo a quienes compete primordialmente, ¿o no? Pues si alguien ha podido creerse algo distinto, es que va de culo.

Se pretende que no quepa duda de que tenemos unos buenos gestores, aunque no nos digan casi nada de cómo se las apañan. Pero donde está su fortaleza ahí mismo reside su debilidad: la oscuridad y la opacidad son el alimento de la sospecha. Y cuando ese rasgo se hace cuasi universal y permanente, la sospecha adquiere tonos de certidumbre. No se puede fíar de regidores que manejan sus asuntos sin dejar que se conozcan los “detalles”.

Porque este empeño, durante el periodo pre-electoral, en hacer ver que se hacen muchas cosas tiene un tufillo que echa para atrás, tiene todo el aire de una trampa, de tratar a los que les dan el voto y el cargo como si fuéran memos. Es un fraude como un castillo. Parece que durante el resto del tiempo han estando haciendo de su capa un sayo y ahora nos quieren vender la moto de su buen hacer. Este proceder puede haberles dado resultado en ocasiones anteriores, pero creen que seguimos siendo unos palurdos que nos chupamos el dedo porque no tenemos otra cosa que llevarnos a la boca. Soy de la opinión que según sea la calidad de la ciudadanía así serán sus gobernantes.

Es natural que la misma empresa que tiene la concesión de los parques y jardines haga esas obras de carácter estético, aunque nos quede la duda de si se abonan ahora, si el Ayuntamiento aplaza el pago a otro momento, si los responsables municipales utilizan los recursos públicos para y cuando conviene (interesa) a sus fines políticos particulares, si la empresa colabora aplazando el cobro o qué.
Añadamos a estos particulares que la concesión a esa misma empresa no se limita a ese área, sino que también posee el de la recogida de basuras, y nos encontramos con que la tarta aumenta de tamaño considerablemente. Son dos buenos pellizcos del presupuesto municipal en manos de CESPA y los incautos ciudadanos desconocemos las razones y los detalles de semejantes concesiones.
Pero, como no hay dos sin tres, resulta que tiene encomendada la gestión del macrovertedero supramunicipal que se encuentra próximo a la población. Esto no es moco de pavo. ¿Alguien sabe algo de las condiciones de esta concesión? No se trata ahora de cuestionar si estas funciones se desempeñan competentemente, sino de conocer cómo y para qué se usan los recursos del municipio, si la eficiencia respalda a una determinada gestión. Mientras no se den estas condiciones no cuelan determinadas pretensiones. Bien puede estar saliendo por un pico sin que parezca nada objetable, visto que no hay medios de comunicación que se ocupen de indagar y aclarar los grandes asuntos. Su precariedad es notoria y alarmante, así como su dependencia de los apoyos institucionales. El estado misérrimo de estos medios locales nos cuesta muy caro a los ciudadanos.
Volviendo al asunto del vertedero, gestionado también por CESPA, nos encontramos con que se trata de un negocio mayúsculo, pero también es mayúscula la opacidad. Tanta que la misma empresa disfruta de la explotación del gas que se obtiene en esas instalaciones, sin beneficio aparente para el pueblo, al que podría estar abasteciendo de energía eléctrica casi en su totalidad a un precio irrisorio. Bien, eso tenemos que agradecer a tan buenos gestores como tenemos. Menos mal que nos ponen flores en abundancia para alegrar la vista y ahuyentar los malos olores que puedan alcanzar a las viviendas, no solo a la carretera, según se aproxima uno al pueblo. CESPA es una gran empresa de servicios, que puede ser muy competente en las prestaciones que realiza, pero que puede prestarse también a toda clase de cambalaches cuando opera en condiciones de un mercado cautivo y tercermundista, sin un mínimo control social. Todo el mundo sabe las consecuencias perniciosas de semejante situación.

Así que, “generosamente”, aceptamos en nuestras inmediaciones un gran vertedero de basuras de muchos otros municipios y admitimos, además, que nos birlen un beneficio de tal cesión como es la electricidad que se obtiene de los deshechos que allí se acumulan. Se lo debemos a un grupo político gobernante que hace gala de una gestión inmaculada y provechosa. ¿Para quién?
Por eso, cuando dicen que han “hecho” algo, como una biblioteca o la Plaza del Pueblo, sin coste para los ciudadanos, noto una mosca tras la oreja.
¿Dónde se ha visto que las cosas ocurran de esa manera? En el mundo de los negocios cuando se hace algo para otro siempre se recibe otra cosa. Eso es lo que ocultan. Por algo será. Piensan que ellos viven en una nube y los demás en Babia.
Si quieren que su fortaleza sea la gestión, que dejen ver las cuentas detalladas y sin obstáculos. Si no, va a ser una patraña. Como la de que ellos dieron al país prosperidad, cuando en realidad dejaron un pufo que te c..... y así andamos ahora, que habrá que pagar las consecuencias de aquello durante una década o más. ¡Señor, Señor! Todos endeudaos, hasta los que no tienen hipotecas con los bancos, que tienen que ajustarse el cinturón (sueldos, pensiones, ingresos de los negocios), pues el país ha quedado hecho unos zorros y con innumerables esqueletos inmobiliarios adornando el paisaje. Para que luego digan que ha sido un gran negocio. Algunos sí pusieron a tiempo sus caudales a buen recaudo, es un decir.