Colmenar Viejo - Madrid

Al partido, al partido, que es lo que nos mola. Y hay que ver cuántas tonterías se leen por ahí. Tonterías políticas y tonterías periodísticas. Desde la inefable Esperanza Aguirre, que ha querido emular al general Primo de Rivera y su cierre del estadio de Les Corts en 1925, hasta Falange Española que convoca manifestación el mismo día.

Federico Jiménez Losantos en El Mundo: "Los cimientos de lo que durante más de 15 siglos fue nación respetada y respetable, con Zapatero discutida y discutible y ahora en el fútbol silbada y silbable, se están conmoviendo en lo más hondo. Lo prueba la polémica desatada por la conjura pitofláutica contra los símbolos de España en la final de la Copa del Rey, con coreografía filoetarra pero cuyo cuadro de actores lo forman CiU, PNV y demás separatistas, unos falsamente democráticos y otros verdaderamente totalitarios".

Y el muy recio Carlos Dávila, en La Gaceta: "Es divertido y chusco. Resulta que los mismos que acusaban a Franco –progres de todo pelaje y secesionistas varios– de utilizar el fútbol como arma política ahora se sirven de él para acendrar sus aspiraciones de independencia. Pasado mañana, Madrid, la ciudad más liberal del mundo, tendrá que soportar a un enjambre de individuos, que jaleados por sus prebostes que viven de nuestros impuestos, van a permitirse el lujo de silbar un himno y una bandera tan españoles como constitucionales. Y los demás a replegarnos porque en España ser español está mal considerado, no vaya a ser que te confundan con las huestes del general Franco. Probablemente lo que ha pedido Esperanza Aguirre no se pueda realizar en la práctica jurídica; ahora bien, tiene una heroica virtud: decir sin ambages lo que muchos sufridores de la Nación más antigua de Europa piensan y tienen miedo a proclamar".

No deja de tener su morbo eso de denominar a Madrid "la ciudad más liberal del mundo", ¿verdad?


Editorial de Abc: "España no puede vivir sujeta a los chantajes de unos pocos y, en este sentido, están fuera de lugar las propuestas para que no asista el Príncipe de Asturias o para que el partido se suspenda y se juegue a puerta cerrada. El deporte es un fenómeno sociológico que genera pasiones y mueve grandes cantidades de dinero. Nada más fácil para unos cuantos pescadores en río revuelto que aprovechar una oportunidad que sirve de altavoz a sus propuestas ilegales e ilegítimas. Cuarenta y seis millones de españoles no pueden someterse a la voluntad de unos cuantos extremistas".

Pero no crean. La cosa de la final de Copa también ocupa a mentes algo más fluidas de común como la de Ignacio Camacho. Raro, porque él –y todos los demás, con el muy pro-USA Pedro José a la cabeza- saben muy bien que en Estados Unidos, por ejemplo, no solo se puede escupir a la bandera norteamericana, es que se la puede quemar en público sin que al pirómano textil se le echen encima varios ideólogos y otros tantos antidisturbios para acabar con el sacrílego. ¡Cómo no se va a poder pitar a un mandatario o, aún más ridículo, a una pieza musical! ¡Pero si hasta Jimi Hendrix hizo lo que hizo con el himno norteamericano!

¿Algo más? Pues sí, un poquito de Gibraltar. Para no olvidarnos. Román Cendoya, en La Gaceta: [//i]"Pero esta vez han pinchado en hueso. Estaban mal acostumbrados con el grado de inclinación del espinazo de España durante la etapa socialista (Moratinos hizo una visita de Estado a la Roca). Pero eso se ha terminado con García-Margallo. Al buenismo zapaterista, consistente en ir por la vida con una rama de olivo en el pico, le sucede el patriotismo de quienes no consideran a la nación un concepto discutido y discutible".

O el editorial de Libert@d Digit@l (está vetado escribirlo con la letra "a"), que se titula "Toda firmeza es poca con Gibraltar". Un parrafito: "Con el nuevo gobierno del Partido Popular algunas cosas han cambiado para bien, aunque de momento sólo se haya actuado a nivel diplomático con una política que busca recuperar la firmeza en la defensa de nuestros intereses traicionada por los socialistas".

Y es que en España el Paleolítico no acabó hace 10.000 años; hay una gran facción que sigue en las cavernas.