Alcobendas - Madrid

Se remonta al año 1978 o año en el que a nivel familiar se decidió construir una piscina.
A mí alrededor escuchaba conceptos tales como: excavación, tabica, mallazo, gunitado del vaso, albardilla, gresite… etc. Finalmente todo se completó con la instalación del equipo de depuración.¡Por fin había llegado el ansiado momento de LLENARLA DE AGUA! Aún permanece en mi recuerdo aquella tan esperada situación. Fue una sensación inolvidable.

Al verano siguiente, había que prepararla de nuevo, empezando por vaciarla para quitar, aplicando líquidos ácidos, las incrustaciones calcáreas adheridas al gresite. Después, vinieron las rutinas de adición de cloro y algicidas. Posteriormente, la toma de muestras de agua para controlar su acidez (Ph). Sin olvidarnos de la utilización del limpia fondos, la limpieza superficial de las hojas secas, insectos,… etc.

Digamos que el disfrute del baño, como tal, se iba desdibujando por las exigencias que de forma cotidiana demandaba la “PISCINA”: antes, durante y después de la época estival.

Más tarde, vinieron las quejas sobre la temperatura del agua: “ESTABA FRIA”. Ya no apetecía tanto sumergirse, jugar,… etc. Recuerdo que se instalaron un conjunto de resistencias en la impulsión (Controladas por un termostato) y una cubierta de plástico (MANTA TERMICA), la cual había que echarla al finalizar la tarde y recogerla todas las mañanas. Éstos eran los adelantos que había entonces.

¿Su eficacia…? Eran tantas las obligaciones a cumplir diariamente que terminaron por colmar el vaso de agua, pero no precisamente el de la piscina, sino aquel otro al que se refiere el dicho popular.

Mi piscina siguió estando donde siempre estuvo pero sólo de forma testimonial. Nadie mencionaba su existencia.

Con el paso de los años, se han venido desarrollando una serie de productos y componentes dirigidos a mitigar tanta dedicación. ¡ TEDIOSA Y A VECES INSUFRIBLE DEDICACIÓN!

Actualmente, se puede tener en casa una piscina que no frustre estas ilusiones iniciales. El confort es el objetivo primordial. La dedicación a su cuidado prácticamente inexistente.