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FE JONS apoya la integridad territorial Serbia

viernes, 23 de julio de 2010

La sentencia del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya declarando “legal” la independencia unilateral de la provincia serbia de Kósovo proclamada en febrero de 2008, no sólo contraviene -se mire como se mire- el derecho internacional, sino que contradice la resolución 1244 de la propia ONU (a la que está adscrito dicho Tribunal internacional), choca frontalmente con el sentido común y con la historia, y agrede plenamente la soberanía e integridad nacional del único Estado legitimo en todo este proceso: Serbia.

La República Serbia es un Estado de pleno derecho en la ONU, con una historia milenaria como nación independiente. Mientras que las autoproclamadas autoridades de Kósovo –formadas en su mayoría por miembros de la antigua narco-guerrilla albanokosovar denominada UÇK- sólo ven legitimada su independencia por el entusiasta apoyo interesado de EE.UU. y sus más fervientes aliados (Gran Bretaña, Alemania, Francia y Turquía, entre otros), que sirven a oscuros intereses imperialistas de tipo internacional, económico, político y militar.
La sentencia del Tribunal de La Haya (cada vez más desprestigiado junto a la propia Asamblea General de la ONU), pese a no ser vinculante, sienta un gravísimo precedente moral y da alas a los movimientos independentistas en toda Europa, y en España en particular. Es indudable que los mismos intereses transnacionales que vienen impulsado y apoyando la independencia de Kósovo están muy poco interesados en que los Estados-Nación sean fuertes (especialmente en algunos casos en particular), y concretamente a España hace tiempo –no nos cabe la menor duda- que la tienen en el punto de mira. En su impulso mundializador y de control de las naciones, divide y vencerás parece ser su consigna y método de trabajo.En España, cabe destacar el apoyo ambiguo a esta independencia por parte del PP y del gobierno socialista. Ambos, tras unas sofistas declaraciones de intenciones supuestamente contrarias a la independencia kosovar, han dejado claro que a medio-largo plazo no se opondrán a la independencia de la provincia serbia. En el caso del PP, su portavoz de exteriores ha dejado claro que “acatamos la sentencia”. Contundente. Por parte del gobierno, al ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos le ha faltado tiempo para declarar que “se abre una nueva etapa” y que “es el momento de mirar al futuro”, complaciendo así a su verdadero jefe, la representante de política exterior de la U.E., Catherine Ashton. Nada nuevo en el PSOE, que lleva años socavando la unidad nacional también en España, por activa y por pasiva, y que estos últimos días no ha dejado de proclamar que Cataluña es “una nación”. Por su parte, la derecha española, la misma que dice una cosa en Cataluña y otra distinta en Valencia o en Andalucía (regiones a las que tilda de “realidades nacionales”), obediente a las consignas transmitidas desde el Parlamento de la U.E. (verdadero instrumento de la mundialización) y de otras organizaciones internacionales, se ha retratado una vez más. Sus intereses, desde luego, no son nacionales. ¿A alguien le cabe alguna duda al respecto?

España debe seguir apoyando a Serbia ante esta injusta situación, y el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero y el PP deberían, sin ambigüedades, negarse a reconocer el injusto y peligroso fallo del citado tribunal. Kósovo siempre fue, es y debe seguir siendo Serbia.

¡Nuestro apoyo total y sin ambages a la integridad territorial y nacional de Serbia!

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