Valduvieco - Leon

Recuerdos de infancia, 66 . Febrero 2014

Objetos en desuso. (2ª parte).
El orinal.
Hoy nos da por lo escatológico, o por la broma, según se mire. Es un homenaje a las cosas sencillas de antes.
Recuerdo, era costumbre todavía en los años 50, - no hace 40 años que en Valduvieco hay agua corriente-, que debajo de la cama había siempre un orinal, para poder utilizarlo en las frías noches de invierno. Era para ahorrarse los viajes a la cuadra, al corral, “muradal”, a varios grados bajo cero. Por la mañana, al hacer las camas, al limpiar la habitación, se tiraba su contenido al muladar, se cambiaba el agua y estaba otra vez dispuesto para su uso.
En las ciudades, que no había corral ni cuadras, era típica la frase “agua va” antes de lanzar el contenido por la ventana. El resto es fácil imaginarlo.
Cuentan que en otros sitios, en Valduvieco no creo, además de su uso natural, se han usado como artes mágicas de adivinación, mirando su fondo sabían se te habían dado veneno, o si te había mordido un perro rabioso. Si te había modido un perro rabioso se veía una cabeza de perro en el fondo del orinal. (AHN).
Cuentan alguna anécdota curiosa: orinales que aparecían helados por la mañana; orinales que llevaban pintado un ojo en el fondo con la frase “te veo…”.
Me contaban unos estudiantes gamberos, hoy ya sexagenarios, que en cierta ocasión, en una residencia de señoritas, pusieron gaseosa el tigre, esa que va en sobrecitos, en los orinales, y al hacer el uso correspondiente las señoritas, aquello crecía y crecía y rebosaba, y crecía…
En fin, los sibaritas que se los hacían de oro y plata, contra los que San Clemente, en los inicios del cristianismo,- mira si lo del orinal viene de largo- ya lanzaba diatribas. Y se ha utilizado desde siempre hasta hace nada. Si es que la historia son cuatro días.
Saludos a todos los mondillos.
A.A.F.