Valduvieco - Leon

Recuerdos de infancia, 57. Enero 2014
Remedios caseros.
Repasando mi “baúl de los recuerdos”, me detenía yo en los remedios caseros que se utilizaban en nuestro pueblo hace 60 años.
Barro para las heridas: más de dos y cuatro veces he visto poner barro sobre las heridas con la intención de curarlas. La verdad que no sé el resultado, si sanaron o fue peor el remedio que la enfermedad.
Cebolla en los diviesos: era relativamente frecuente que se tuvieran diviesos- granos grandes infectados- . Se colocaban sobre ellos un emplaste de cebolla cocida, cubierto con una gasa. Se dejaba 12 horas. Se levantaba el emplaste y salía todo en pus que tuviera el divieso. ( Hoy ya no existen diviesos ni se ulitizan esos remedios saseros).
Grasa de pollo: esto ya tiene más enjundia. Cuando nos dolía la garganta, nos untaban el cuello con grasa de pollo o gallina. Se rodeaba el cuello con un trapo toda la noche y al día siguiente nuevos. Parecerá muy primitivo, muy rural, pero tiene su sabiduría. ( Los esquimales, todavía hoy, se impregnan la cara y cuello con graso de foca para proteger su piel de las inclemencias climáticas. Por algo será…
El calienta camas: antes de inventar las calefacciones eran comunes “los calienta camas”. Métodos para templar la cama al acostarse. Solían ser botellas de agua caliente, un ladrillo calentado en el horno de la cocina, luego ya la bolsa de agua, los más pudientes un calentador de cobre, un brasero… Pero yo quiero resaltar un método original usado en nuestro pueblo: “El pellejo de dormir”. Un pellejo de oveja, calentado en el horno de la cocina económica, y que enrollado se llevaba a la cama. Allí se extendía sobre la zona de los pies y a dormir calentito toda la noche. ( Mejor que los edredones de IKEA). Cada chico teníamos el nuestro. Era lavable y genial.
Un saludo a todos los mondillos. FELIZ Año Nuevo.
A. A. F.