Valduvieco - Leon

Recuerdos de infancia, 45. Junio 2013
Costumbres que se pierden: (Segunda parte).
Era costumbre rezar el “ángelus” incluso en el campo al toque de campana. Se paraba la actividad que se estuviera haciendo. (Yo no lo he conocido).
Era costumbre rezar el rosario en familia.
Era costumbre jugar a las cartas en las cocinas en las noches de invierno.
Era costumbre lavar el “apañejo” en las pozas del reguero.
Era costumbre poner los “tochos” a remojo en el reguero. Después de varios días servían de alimento a los animales. ( Antes de que el C. Inglés los vendiera como aperitivo en mi pueblo ya se daban como alimento a las vacas. Tochos o altramuces).
Era costumbre jugar los chicos en las cuadras en el invierno.
Era costumbre acoger en las casas a los pobres que pasaban por el pueblo pidiendo limosna.
Era costumbre ir a clases particulares después de la edad de escolarización. Recuerdo cuando los chicos mayores iban a clase con D. Adonis en la casa de la tía Matea en la plazuela. He oído contar que con D. Pedro Crespo, años 20 del siglo pasado, venían chicos de Villarratel, Mellanzao y Cañizal. Es más, tenía posada para ellos.
Era costumbre hacer los hombres cestas de mimbres de “palera” y “balsa”.
Era costumbre llevar la comida a los hombres a las tierras cuando araban. En el verano no. Incluso trillando se venía a comer a casa.
Era costumbre amasar cada familia en su horno. Se solía hacer cada 15 días. Se pasaba de una vecina a otra “el hurmiento”. ( Hurmiento, del lat. fermentum. Levadura para fermentar la masa. Trozo de una masa anterior).
Era costumbre nacer y morir en casa. Para nacer con la ayuda de alguna vecina un poco entendida y para morir con la ayuda de algún familiar o vecino en la mortaja.