Soto de Valderrueda - Leon

Todas tuvimos
una muñeca vestida de azul
con su camisita y su canesú,
y jugábamos
al corro la patata,



Mariposas de faldas plisadas,
mujeres en sazón
sin dejar la crisálida;
soñábamos con príncipes de barro,
con maridos que fueran detectives
como Roberto Alcázar,

Aprendimos en los bailes agarrados
a mantener estoicas las distancias,
y supimos que el olor a hombre
tan cercano
era, contra toda moral, una dulce fragancia.
Pero, por encima de todo,
éramos castas
y nos casamos vírgenes
(qué queréis, se estilaba)
La juventud fue breve
y fue larga la infancia


Jugabamos al marro
y siempre me salvabas
y aunque ahora estás lejos
mi mano sigue atada.