Las bicicletas ya no son para el verano Aunque periódicamente viene por el pueblo el camión de la retirada de muebles y trastos viejos, es en el verano cuando más se tira en el punto limpio para su reciclaje o lo que sea que hacen con lo que se lleva. Hace varios veranos, con las vacaciones llegaban al pueblo las bicis nuevas para los estudiantes aplicados, y esto se notaba porque las viejas iban a la basura. Era corriente ver unas cuantas bicis ya de desguace, o desguazadas, en el punto limpio, y a los chavales haciendo diabluras con sus nuevas máquinas por las calles. Está claro que los tiempos siguen cambiando. Este año de lo que más se deshizo el paisanaje fue de las viejas teles catódicas y algún ordenador prehistórico. Pero de bicis, nada. Aunque seguíamos viendo a la chiquillería más menuda por la calle haciendo derrapes arriesgados, era más corriente ver grupos sentados en cualquier sitio, cada uno con su chisme electrónico -no consigo aprenderme sus nombres- conectados a vete tú a saber dónde. A lo mejor es que estoy quedando anticuado, pero a mí esto de la gente que está pero que en realidad no está, porque no se entera de dónde está ni tampoco le importa quién más está, aunque para ello tenga que juntarse con los que tampoco están porque están con otros que tampoco están, pues eso, que me suena a nihilismo. Prefiero la bici. |