Foto: La laguna cantos Laguna Cantos Estaba alli cuando nacimos todos momoria de un diluvio generoso que aqui se enamoro de este rigor austero que castiga con escetica tantalica la parda estameña del payuelo. Pequeña y redonda, tiene algo de lagrima caida del ojo penitente de algun dios peregrino que aqui perdio la brujula del alma. Nadie sabe su manantial secreto ni las venas profundas que rompen sus paredes para llenar esta copa del monte. Pero sigue alli, aura de refrigerio bajo un cielo sin nubes y una tierra sin pecho. Hasta ella baja el aire para ensopar los pañuelos que refrescan el aliento de los surcos y las ramas. Hacia ella bailan su trote de la tarde bajo los rigores del estio los rebaños que pastan hierba tostada y grano endurecido. Aqui escancian las aves su cargo de amor y refrigerio para los nidos que castiga este sol que se ansoma sin persianas. En sus aguas calientes alivian el labrador y el peregrino los cuerpos y fatigas del surco y de las leguas. Diminuta y solitaria es descanso del ojo fatigado y parentesis de humedo en esta inmensidad despoblada rompe la continuidad de la gran desolacion como una posada liquida que anuncia en la cruz de la sed y la fatiga. Siglos de humilde estar a la vera del deseo como un buen samaritano que a nadie dice su nombre y a todos tiende su mano. Leonides Fresno 1991 |