EL "PATRIOTA " ¿COMO LE LLAMARIA VD.? Decálogo que recoge sentimientos y convicciones comunes a una especie de patriotas muy extendida por ahí (por fortuna, no todos son de este tipo). 1. Si otro país deja en mal lugar al mío, se trata de un hecho inadmisible, y requiere de mi gobierno una enérgica respuesta, cuando menos diplomática (pero no demasiado diplomática). Si es mi país el que deja en mal lugar a otro, será porque éste se lo merece, y es prueba de que el mío tiene una digna y respetable presencia internacional. 2. Si otro país ocupa militarmente el mío, es una invasión intolerable que exige la inmediata resistencia bélica, por todos y cualesquiera medios a nuestro alcance, con vistas a expulsarlo y procurando, si es posible, masacrar a su ejército. Si es mi país el que ocupa a otro, se trata de una valerosa intervención tal vez llamada, quién sabe, a (reconstruir un glorioso y heroico imperio nacional.) 3. Si unos sujetos extranjeros o independentistas atentan contra la vida de compatriotas míos, se trata de terroristas despreciables, violentos asesinos, monstruos viles que merecen la mayor reprobación y la más horrenda de las suertes. Si es el ejército de mi país el que efectúa, o apoya, un ataque contra otra nación con resultado de víctimas civiles, se trata de una desgracia colateral a la noble causa (civilizatoria, preventiva, defensiva...) que ha movido a mi país a actuar allí. 4. Si pretenden llegar extranjeros a mi país, en particular si se trata de pobres con raza y/o cultura muy diferente a la nuestra, ha de controlarse y restringirse al máximo su entrada y, cuando les sea admitida, debe exigírseles una escrupulosa observancia de las normas de mi país, así como una plena e inmediata adaptación cultural a todas nuestras costumbres. Si son compatriotas míos los que emigran, deben ser tratados con el máximo respeto por el país de acogida, permitiéndoseles establecer todo tipo de casas nacionales, regionales o clubes patrióticos, cuando no colonias demográficas, a fin de facilitarles la preservación de su identidad nacional. 5. Si mi país es económicamente débil en todos o algunos sectores productivos, éstos deben ser amparados por medidas, cláusulas o uniones internacionales de corte proteccionista. Si mi país es fuerte en todos o algunos sectores, entonces respecto a ellos ha de establecerse el máximo grado de libre comercio internacional. 6. En cualquier conflicto de mi país con otra u otras naciones, deben prevalecer la verdad y la justicia salvo que, por culpa de ello, mi patria pueda resultar perjudicada política, económica o moralmente. 7. Si la selección de fútbol de otro país gana injustamente un importante partido a la del mío (por ejemplo, debido a erróneas decisiones arbitrales), se trata de un latrocinio que ha mancillado nuestro honor patriótico (a fin de cuentas, la selección de mi país es mi país), y debería apelarse a las más altas instancias internacionales competentes para que el encuentro se repitiese o, al menos, para que el árbitro se llevase una durísima sanción. Si es, en cambio, la selección de mi país la que obtiene el triunfo merced al arbitraje, lo importante es que se ha ganado, y todo buen patriota debería salir a la calle para celebrarlo. 8. Si la selección de fútbol de mi país gana de la manera que sea, pero sobre todo si es brillante, hemos ganado. Si pierde con toda justicia, vapuleada por un rival superior, vaya porquería de equipo tenemos... ¡Es intolerable que el seleccionador haya convocado a esos jugadores! 9. Si nuestro/a representante en el Festival de Eurovisión gana las votaciones, se confirma que nuestra canción era la mejor. Si queda en mala posición, es porque varios países se han coaligado contra el nuestro y se han votado entre sí. 10. En suma: mi país es bueno por definición, y es esencialmente puro, a pesar de ciertos accidentes temporales; por este motivo está llamado a un destino glorioso en la tierra, y cualquier obstáculo que se interponga en su camino ha de considerarse un agravio frente al cual todos los patriotas deben levantarse en el acto. |