Riego de la Vega - Leon

Otegui, y otros dirigentes de la “izquierda” “abertzale” “oficial”, están siendo juzgados por enaltecimiento del terrorismo. Hoy, el que dicen que puede ser un hombre clave para llevar a ETA a su desaparición, y que esa parte del arco político vasco se decante de una vez por las vías políticas en sus reivindicaciones, ha tenido una buena oportunidad para iniciar esa vía. La juez, le ha preguntado si condenaba a ETA, y obviando esa oportunidad, se ha negado a contestar. Con nesa actitud, está todo dicho. Solo cabe pensar dos cosas: 1ª- ETA le tiene cogido por los huevos, y bien cogido. O 2ª- Otegui, sigue militando en ETA. Yo me decanto por la segunda opción.

Esto nos demuestra que ETA, va a seguir matando, sin importarle en absoluto lo que la sociedad vasca, en su inmensa mayoría desea, y cada vez exige con mayor fuerza. El cese del terrorismo. El cese de la violencia.

ETA va a terminar siendo un grupúsculo “grapoeado”, marginal. Donde cuatro descerebrados, ahora son ocho, den rienda suelta a su brutalidad. Un grupo inadaptado para vivir en sociedad. Se han quedado estancados en los años setenta, cuando los “frentes de liberación populares”, proliferaban por la faz de la Tierra. Hoy en día, ETA, se ha quedado sola. Sola, y llevando a cabo una “lucha” sin sentido alguno.

La actitud de Otegui en la sesión del juicio de hoy, demuestra la poca voluntad de ETA, y su entorno, de no aceptar que los vascos, pasan de ellos. ETA se ha enrocado en una espiral de la que solo va a salir a la fuerza. No cabe otra salida. Con un “no voy a contestar a esa pregunta”, dejó claro a que palo atenernos contra ETA, y Otegui, esté en frente de quienes aborrecemos la violencia como método para conseguir fines políticos en un régimen de libertad.

Saludos cordiales.

Las “soluciones” de Otegui, y la “democracia” que preconiza, ya las conocemos todos. Una solución, y una democracia, muy parecidas a las de la dictadura franquista: “por mis coj..nes” que decían los falangistas. Y una “democracia” como la franquista, “orgánica”. A fin de cuentas, estos, son herederos de franquistas redomados, y en su sangre, corre vena autoritaria.

En cuanto a la jueza, no me gusta en absoluto su actitud. Es prepotente, y no solo se ha visto en este juicio con lo del vino, si no en algún otro. En un juicio, un juez, está para ver, preguntar, escuchar, y tratar de dictar sentencia con arreglo a la Ley, sin dejarse llevar por sentimientos personales, algo, que en este caso, me parece que no ocurre. Tal vez la defensa, debería pedir la recusación de la magistrada por manifiesta animadversión hacia el acusado. Y en la Audiencia Nacional, no es la única que se ha mostrado en este tono para con acusados. Debería revisarse muy profundamente, la actitud de los magistrados de este juzgado. Creo que falta mucha imparcialidad profesional en la magistratura de la Audiencia Nacional. Aunque cueste tenerla, un acusado, no es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Y esta, es la premisa para impartir justicia.