¿La economía está de moda? Bueno, ya lo estaba. Empezamos a engrosar nuestro vocabulario con la prima de riesgo y ya no hemos parado. Echo de menos jerga economicista positiva. Cuando nos cuentan cómo va la economía todos dicen lo mismo, vamos mejor pero queda muchísimo por hacer. Me gustaría que contestaran a una simple pregunta ¿a costa de quién? Muchas personas se empeñan en hacernos entender las decisiones de macroeconomía y lo que nos interesa es la microeconomía aplicada a las cuestiones de cada día. Competitividad, empleo, estabilidad, pensiones, dependencia, educación, aprendizaje a lo largo de la vida, ciudadanía participativa, familias y justicia. Lo más curioso es que estas personas que nos han estado dando lecciones a todas horas eran presentadas como expertos, que se suponía que eran independientes. Pues no. Ahora resulta que algunas de ellas han fichado por los partidos políticos. Las charlas ¿eran objetivas? O ¿ya venían maleadas por los intereses de partido? Estos personajes, además, proclaman que para dedicarse a la política van a tener que abandonar puestazos y megasalarios del sector privado. Mal empiezan, que se lo piensen unos y otros, no vaya a ser que dentro de unos añitos volvamos a hablar de nuevos sobres en negro. La política tiene que dejar de ser una oportunidad personal para convertirse en una vocación hacia lo público, lo colectivo. Y para un tiempito, no más. No quiero más salvapatrias que tienen cuentas en Suiza o Andorra. Las elecciones andaluzas nos han señalado varias cosas. Aunque no sé si pueden servir para establecer proyecciones respecto de las municipales, autonómicas y generales. IU, UPyD, Podemos y Ciudadanos. Izquierda Unida está en unos momentos críticos, aunque no es la primera vez. Lo de “Unida” se ha ido disolviendo y tampoco sé qué opciones políticas están integradas bajos estas siglas, hoy en día. Esta formación ha ido excavando su propia tumba. CCOO la mantiene a flote ya que el sindicato sigue teniendo una fuerza relevante. Alberto Garzón es un buen candidato en un mal momento de la formación política. Rosa Díez me temo que ha dado de sí todo lo que podía dar y, como es habitual, no sabe ser generosa ni abrir las ventanas para que entre aire fresco. Ha vivido de rescoldos y tarde o temprano éstos se apagan. Sacó todo el provecho que pudo del partido socialista y ha estado nadando oentre dos aguas. Albert Rivera va a dejar a UDyP muy diezmada y al PP le va a arrebatar muchos votos. La derecha después de muchos años está dividida. Muchos votantes del PP no van a mantener su fidelidad y la otra opción es Ciudadanos, aunque tiene un tinte catalán que no suele ser del gusto de los españolistas. Podemos está sirviendo para algo muy importante: está agitando el agua, está forzando a que los grandes partidos políticos muevan sus fichas y sean más concretos en sus propuestas. Y es de agradecer. De esto a que aspire a convertirse en un partido político ganador hay mucha diferencia. La estabilidad política la da la estructura, eso sí limpia y eficiente, de un partido político. La gestión de lo público no es cosa menor y no se improvisa. Además, desgraciadamente, no dan ejemplo en lo económico. Ni el señor que cobraba informes internacionales ni el señor que pasaba de ir a la universidad nos están enseñando nada nuevo. Han dejado de ser un ejemplo de transparencia. Y, por favor, no se duelan como víctimas porque eso es lo que suele hacer el PP cuando las cosas le salen mal. Espero que la nueva casta de economistas resuelvan estos enredos. Les agradecería menos aspavientos y más claridad en sus exposiciones. El ruido ensordece. |