Riego de la Vega - Leon

Desde que la derecha neoliberal nos acosa, nos extorsiona y nos desgobierna, el mundo, en este país, parece haberse convertido del revés. Ningún disparate, que hace años nos hubiera parecido inimaginable, ahora nos es ajeno. La enumeración de despropósitos urdidos por la derecha en el poder sería tan larga que bien podría superar a diez Quijotes en número de palabras, e, incluso, en niveles de fantasía, porque, como nos está siendo más que evidente, la realidad supera con creces, en absurdos, a la ficción.

Uno de esos despropósitos que planean implacables sobre nuestras cabezas es el estado de las cosas con respecto a la judicatura. El Poder judicial, que, según el Art.1 de la Constitución española de 1978, debería de defender “la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”, parece haber sido remodelado al gusto de algunos, y parece, con evidencia, haberse convertido, no en el azote de la corrupción, sino a veces en su propio fiel aliado.

Decía Ignacio Escolar, en su columna de Diario.es, el pasado diciembre que cuando al PP le va mal en un juicio no cambia de abogado, cambia de juez. O directamente se le carga, como ha ocurrido ya con jueces como Garzón o Elpidio Silva quienes, precisamente por su trabajo contra la corrupción, las mafias y los desmanes, han visto acabada o truncada su carrera como juristas. Esa es la justicia que estamos presenciando los españoles de a pie mientras, a su vez, desde noviembre de 2012, por la Ley de las Tasas judiciales, aprobada en el Senado con los únicos votos a favor del Partido Popular, tener acceso a la Justicia ya sólo es para los ricos, porque solamente acceder a ella cuesta desde doscientos a mil trescientos euros. Y media España pasando hambre.

Así las cosas, el juez de la Audiencia Nacional, Ruz Gutiérrez, quien desde diciembre de 2011 se hizo cargo de la trama nacional del caso Gürtel, ha sido forzado a un concurso de traslados que le obliga a volver al juzgado nº4 de Móstoles; un concurso de traslados que no ha surgido de la intercesión de ningún espíritu santo, o sí, porque proviene de la decisión de la Comisión Permanente del CGPJ (Consejo General del Poder Judicial); Comisión que, ¡sorpresa!, está presidida por un ultracatólico de ideas políticas supuestamente ultras, Carlos Mestres. Y es que, como vemos, todo queda en casa.

Las investigaciones judiciales del juez Ruz estaban últimamente encaminadas a destapar la financiación ilegal del Partido Popular, por lo que ha reclamado a la Agencia Tributaria un informe sobre el posible delito fiscal relacionado con las donaciones ilegales que han llenado las arcas, supuestamente, del partido del Gobierno. Informe que, por cierto, ha sido denegado. Y es que ya sabemos que hay pulpos con muchos y alargados tentáculos. Aunque Ruz ha insistido en conseguir ese informe, amparándose en la propia Ley, que establece que la colaboración de la AEAT con los tribunales de España es obligatoria.

Sin embargo, el juez Ruz pronto estará alejado de esta investigación, y es que no hay nada mejor para defenderse de un delito que acabar con el juez que le investiga. La camorra, en definitiva, se queda corta respecto de los absurdos que estamos viviendo en este país. En cualquier sociedad mínimamente democrática cualquier gobierno sospechoso de los supuestos delitos en que ha incurrido el PP hace tiempo que ya hubiera dimitido, sin paliativos. Decía en una de sus lúcidas reflexiones Iñaqui Gabilondo que la justicia española no es ciega, es tuerta: ve muy bien con un ojo, el derecho. Y decía Luis Garcia Montero que más que un partido político el PP es una corporación de ma fia osos.

Está a la vista que ser un juez honrado en este país parece haberse convertido en una profesión de alto riesgo. Acosos, presiones, difamaciones, concursos de traslados, ceses y suspensiones de empleo, exilios forzados… En fin, que estudiar Derecho y prepararse oposiciones para juez, algo que antes estaba muy valorado, ahora hay que pensárselo muy bien, no vaya a ser que se sea honrado, y eso es un peligro serio. Mejor estudiar para banquero voraz, para tesorero de la derecha o para socio de la corporación ma fi osa. Esas profesiones últimamente suben mucho el prestigio y suben mucho también los ceros de las cuentas¿ corrientes.?NO de las cuentas enSuiza