Riego de la Vega - Leon

Se acerca el final de la legislatura, el final de un gobierno que aunque tenga la legitimidad de las urnas no la tiene de facto por el modo en que alcanzó el poder. En democracia ganar unos comicios a través de la mentira, de ocultar el verdadero programa electoral y de gobernar del mismo modo en que lo hubiera hecho Franco no te da la legitimidad democrática. Eso es lo que le ocurre al Gobierno de Rajoy.

Si a esto le sumamos que en tres años se ha atacado sistemáticamente al bienestar de los ciudadanos y se ha empeorado su situación mientras las medidas tomadas e impuestas por el PP no han hecho otra cosa que favorecer los intereses de los más poderosos, el principal partido de la oposición se ve en la obligación moral con el pueblo, con sus votantes, sus simpatizantes, sus militantes y con todos aquellos que les dieron su confianza en 2011 o se la retiraron por la nefasta gestión realizada en los dos últimos años de la legislatura de Zapatero pero que habían sido fieles al socialismo desde las primera elecciones democráticas de presentar una moción de censura a Rajoy, porque la situación es insostenible.

Está claro que el reparto parlamentario hace que esta Moción de Censura ya nazca derrotada. Sin embargo, es un movimiento táctico de una eficacia probada en la anterior ocasión en que el principal partido de la izquierda hizo de la misma. La Moción de Censura es un recurso y una oportunidad para presentar a los españoles un proyecto, el proyecto socialista, frente al populismo barato de los nuevos mesías o del reaccionarismo relleno de naftalina del Partido Popular.

El PP le tiene miedo a la moción de censura. Lo vimos en el año 2013 cuando Rubalcaba, en un gesto inaudito, amenazó a Rajoy con presentarla si no había un pleno monográfico sobre el caso Bárcenas. Rajoy cedió y el 1 de agosto el Presidente compareció en el Parlamento. Fue un debate intenso, interesante, al que el PP acudió a rastras y porque no quería verse en la tesitura de defenderse en la Moción y de enfrentarse ante el candidato presentado por la oposición. ¿Por qué es necesario que el PSOE presente una Moción de Censura? Ahora expondré tres de las razones, las que pienso que tienen más peso, unas porque el ambiente se está haciendo cada vez más irrespirable y otras desde un punto de vista de estrategia política.

En primer lugar, tenemos la ineptitud a la hora de tratar los temas más importantes que afectan a los ciudadanos. El principal problema de los españoles es el desempleo y la situación del mercado laboral. En más de tres años de gobierno del Partido Popular no se ha presentado ninguna solución a este tema. Más bien lo contrario. Todas y cada una de las medidas adoptadas o impuestas por el partido ultraconservador han tenido una única dirección: favorecer a la élite empresarial y entregarse de manera fundamentalista a las peticiones de la CEOE. En diciembre de 2011 Mariano Rajoy se encontró con un mercado laboral deshecho, destrozado por la explosión de la burbuja inmobiliaria, burbuja sobre la que se asentó durante los años de las legislaturas de Aznar el mapa productivo español. Por mucho que Montoro ponderara su famoso círculo virtuoso de la construcción, ellos sabían que iba a estallar, que no se podía seguir construyendo al ritmo en que se hacía. Sabían que no se podían construir más casas que habitantes tenía España, y sabían que llegado el momento iba a estallar y provocaría un aumento desaforado del desempleo. Era el momento para, una vez recuperado el poder, aplicar políticas que destruyeran los derechos y la dignidad de los trabajadores y retornar hacia los tiempos de la explotación, los tiempos en los que tener trabajo no garantizaba disponer del mínimo exigible para tener una vida digna. Rajoy ha dado la espalda a la clase obrera, ha destruido a los trabajadores de rentas medias, para aumentar la desigualdad entre los verdaderos beneficiarios de esta crisis y de sus víctimas. Por eso hay que presentar una moción de censura, porque la creación de empleo que tanto pregona el PP está basada en la destrucción del trabajo digno para suplirlo por varios empleos precarios, tanto a nivel salarial como a nivel de jornada.

Rajoy ha llevado a España a una situación de emergencia social sólo comparable con lo vivido en la posguerra. Hay colas en los comedores sociales, en los bancos de alimentos. Las ONG no dan abasto en dar de comer a las familias españolas. Rajoy ha llevado a más del 10% de la población a necesitar de estas organizaciones de caridad para poder subsistir. Para aumentar aún más el dolor, el gobierno se ha puesto del lado de las entidades bancarias y no frena los desahucios de sus casas de quienes son las víctimas de esas políticas irresponsables que implementó la derecha mientras gobernó a finales del siglo XX y principios del XXI. En vez de defender a quienes más lo necesitan, en vez de darles las herramientas para enderezar una vida rota por el desempleo y la pobreza, el gobierno del Partido Popular regala a la banca el último bastión de dignidad de las personas. Esta es una razón más que suficiente para presentar una Moción de Censura.

Finalmente, tenemos el tema de la corrupción del Partido Popular. Rajoy, además de ser el Presidente del Gobierno, es Presidente del PP. El trabajo de los jueces ha demostrado que durante muchos años el partido ultraconservador ha estado financiado por redes corruptas. No es la acción de unos desalmados, de unos delincuentes, de «las personas de las que me habla…», sino que el PP creó una red clientelar de la que se financiaba. Ya ha quedado demostrado que el Partido Popular pagó la reforma de su sede de la calle Génova con dinero negro, por lo que defraudó a Hacienda el IVA correspondiente. Ya ha quedado demostrado que los llamados «papeles de Bárcenas» no son la contabilidad de un tesorero díscolo, sino que son la verdadera contabilidad B del PP. Ya ha quedado demostrado que el partido que preside Mariano Rajoy se lucró de la trama Gürtel, tan demostrado que el PP ha sido encausado y deberá sentarse en el banquillo de los acusados. En cualquier país con decencia democráticahace mucho tiempo que Rajoy hubiera dimitido, hubiera convocado elecciones y se habría retirado de la política. Sin embargo, ¿qué se puede esperar de un partido que mintió con casi 200 muertos en las vías de las estaciones tren de Madrid con tal de no perder el poder? Decencia, desde luego no. La corrupción del PP, su financiación irregular, el manejo de dinero negro, etc. son razones suficientes como para presentar una Moción de Censura.

Sin embargo, la Moción también es un modo de presentarse a los españoles como la solución a los problemas reales de los ciudadanos. El procedimiento precisa la presentación de un candidato a sustituir al Presidente del Gobierno y de hacer propuestas. Ese es el momento del PSOE, sobre todo porque es una oportunidad para presentar propuestas reales y que lleguen a la ciudadanía. No es sólo decir lo que se va a hacer, sino cómo se va a hacer y con qué recursos. Contraponer una política basada en las personas a la política de la macroeconomía. No es presentar el proyecto de Pedro Sánchez, es presentar el proyecto del PSOE. La Moción se perderá, pero es un golpe a la línea de flotación del Partido Popular, verse sometido a un proceso parlamentario donde no se pueden esconder tras las cifras macro y tienen que hacer frente a todos.