La Pola de Gordón - Leon

Hola,las saetas son el alma de la semana santa,no he tenido la oportunidad de participar en el sur en una procesión, y escucharla.
Pero por la tele hemociona,en vivo tiene que ser
Penetrante y cautiva la SAETA.gracias por ponerlas
ayelen.



¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?




¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía
que echa flores
al jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!

Antonio Machado

--
---Saeta ¿de dónde vienes?
¿Quién te dio tu nacimiento?
¿Quién te lanzó por los aires
estremeciendo los pechos?
¿Quién en luna conmovida te fue
acunando en los tiempos
y velaba por las noches
la placidez de tus sueños?
¿Quién te dio eco de bronce?
y quién tanto sentimiento
que dejó sobre tus letras
sangre cuajada en lamento.
¿Por qué vas cortando el aire?
Por qué llevas tan adentro
de tu corazón sonoro agonía y sufrimiento?
Agonía traspasada
que va creciendo en tus tercios.
Agonía que contigo
se encarama por el viento.
¿Quién eres tú? - di saeta.
¿Porqué pregonas el duelo?
¿Porqué le cambias los pulsos
al que te escucha en silencio?
¿Quién te parió? dime quién.
¿Quién se llegó hasta tu lecho
y te recogió dormida
para cantarte en el pueblo?
Porque si digo saeta
digo tanto sentimiento
que se llena la boca
del amargor de tus versos.
Porque yo digo saeta
y trasminan a los cielos
olor a clavo y canela,
a fragancias de romero,
a viña recién podada
y a bodegas en silencio.
Por eso eres saeta
el lamento de mi pueblo,
que se llega hasta la Cruz
y se enreda en el madero
y acaricias a María
abrazándote a su pecho.
Por eso para cantarte
hay que amar a Dios primero
y hay que tener en la voz
eco de duendes toreros

FILIPA con mayusculas que alegria

Marcho para Bilbau



Por eso para cantar hay que amar a Dios primero.


Un beso
Cesar.

Asi es Cesar,feliz regreso a tú hogar.

¡qué preciosas las saetas, ayelen y filipa!. No sé qué tienen pero al escucharlas se le pone a uno un nudo en la garganta. Se conoce que nos trae cierta remembranza de lo que nos enseñaron de niños, o nostalgia de esos tiempos, o nos recuerdan las penas, no sé pero es imposible oírlas sin emocionarse.

Luceros de dos en dos,

estrellas de cuatro en cuatro,

van alumbrando al Señor

la noche del Viernes Santo.



La corona del Señor

no es de rosas ni claveles,

que es de junquillos merinos

que le traspasan las sienes

a ese cordero divino.



Quién me presta una escalera

para subir al madero,

y quitarle las espinas

a Jesús el Nazareno.

Cristo, de Gracia te pido
que vuelva la cara atrás,
que a los ciegos le dé vista
y a los presos libertad.

--Que redoblen los tambores
y las trompetas muy despacio.
Contemplemos al Gran Poder,
va caminando despacio.
Fijarse, gitanos, en él.

Preciosos estos párrafos, filipa.

Lleva en brazos al Redentor
la Virgen de los Dolores
y es tan grande su dolor,
por el Amor de los amores,
que es un jazmín sin color.

Viéndote llorar, María,
pierden su aroma las flores,
y es tu dolor Madre mía,
Señora de los Dolores,
por la muerte del Mesías.

Por toítos nuestros pecaos
en su cara retratá
lleva el crucificao
los martirios que le han dao
Cristo de la Triniá.

Si por las culpas ajenas

castiga Dios a su Hijo,

¿qué será del pecador,

su declarado enemigo?

¡Silencio!, que arde la sangre
que se agolpa en cada vena,
y va desgarrando el pecho
un cuchillo de tristeza.

¡Silencio!, que mil punzadas
de dolor y de impotencia,
atraviesan la garganta
para liberar cadenas.

¡Silencio! que en vuelo alto,
desde una herida ya abierta,
hasta perderse en el aire
va el borbotar de una pena.

¡Silencio! que a pie de trono
o desde un balcón cualquiera,
el sentimiento andaluz
se derrama en primavera.

¡Silencio!, que canta el alma
con ansia de luz eterna.
Entre la Vida y la Muerte
va la fe que se renueva.

¡Silencio! que de emoción
las entrañas se le quiebran.
¡Silencio!, por Dios, ¡Silencio!
que es oración la Saeta.

De verdad que son preciosas, pero hoy me quedo con la de mari, por ser hoy Viernes de Dolores.

Gracias por esas saetas tan preciosas que poneis,sois unos artistas alguna vez tendremos la suerte de poder vivir las procesiones en el sur,creo que será muy emocionante.
gracias a todos

Soleá, dame la mano
a la reja de la "carse"
que tengo muchos hermanos
huerfanos de pare y mare...

---Tú que penas, tú que sufres,
Virgen de la Soledad,
te pido para mis males
pan, trabajo y libertad.

Eres la Mare de Dios
Eres Reina y Soberana
Que no te aflija el doló
Porque Mare de mi alma
Tú eres pa mi lo mejó.

Voy a poner yo, que aún no he puesto:


Contempla esa cara, mi hermano,
que es de amargura y llanto
y sécale su cara morena
cuando pase por tu calle
la noche de su quebranto.

Ojerosa y doloría,
llorando por las esquinas,
vas en busca de tu hijo
que han coronao de espinas.

-¿qué misterio es el que encierras?...
Llegas con el azahar,
con el romero y la cera,
los varales cimbreantes,
las bambalinas risueñas;
va la corona de espinas
junto con la diadema,
y la sangre y el sudor
con las flores y las velas.

¿Qué tiene el hombre de trono,
y el cofrade y la Saeta,
la mantilla y la Cruz-Guía?...
¿Y qué tienen las promesas?,
que van tras los Titulares
acompañando sus sendas.

-No te lo puedo explicar; hay que sentirlo en las venas.

¿Qué tienes, Madre bendita,
que de ternura me llenas?.
Y Tú, Jesús, ¡¿di qué tienes?!...
¿Qué cruel calvario te espera,
cargando con el madero
como cada primavera?.

-No te lo puedo explicar; hay que sentirlo en las venas.

Hay un no sé qué, de rito,
de devoción y tristeza,
de hermandad y de esperanza,
de colorido y belleza:
así es la Semana Santa
en la tierra malagueña.

-Más no te puedo explicar; ¡hay que sentirla en las venas!.

--Hoy comprendo, Señor, tu sufrimiento,

el dolor de sentirte abandonado,

el vacío de inmensa soledad...

Hoy sufro la aridez de tu calvario.



Este azote que rompe nuestro cuerpo

con calumnias, con ira, con traición,

es el eco de la única verdad

que flageló al orgullo con su voz.



Esta espina que hiere nuestra mente,

arrancada del tallo de la envidia,

es el rencor punzante del hermano

por el amor que dimos sin medida.



Esta cuesta que forman las infamias

y lacera los pies en el camino,

es la ofrenda de vida y de trabajo

que entregamos, sin precio, al enemigo.



Este clavo que rasga nuestros pulsos

con el golpe del odio acumulado,

es respuesta al abrazo de piedad

abierto para ser crucificados.



Esta lanza que horada nuestro pecho

con el fiero bramido de la injuria,

es mensaje del claro manantial

de agua viva que el mal transformó en turbia.



Hoy comprendo, Señor, tu sufrimiento,

tu amor sacrificado, omnipotente.

Yo también te he vendido y traicionado.

¡Pido perdón por tu pasión y muerte!

Hola buenos días:
Impresionantes Saetas
que tengáis una buena Pascua.

Desde el sur de león un saludo.

Preciosas saetas, felicidades.

EL LAVATORIO:

El lavatorio Dios mío
pido con humillación
que purifiquéis mi alma
sentidos y corazón.

Mientras se lava el Ministro
he de hacer con brevedad
el examen de conciencia
para lavar mi maldad.
Y como sólo Dios puede
limpiar alma y corazón
pido que lavéis Dios mío
con agua de contricción.

Tres días antes de Pascua
dijo el Señor a los suyos
pues ya ha llegado la hora
para beneficios suyos.

Mirad con gran humildad
estando Cristo en el suelo
en la mano una bacía
lavando los pies a Pedro.

Al ver delante de él
a su Dios arrodillado
entre atónito y confuso
le dice: Maestro amado.

Yo que soy un vil exclavo
no debo consentir
que su Real Majestad
me lave los pies a mí.

Respondió Cristo a San Pedro
no te excuses por ahora
porque ignoras el misterio
que en sí encierra esta hora.

Y si necio impertinente
no lo queréis admitir
te prometo desde ahora
jamás tendrás parte en mí.

San Pedro que esto oyó
dijo con gran entereza
no solamente los pies
sino también la cabeza.

Desde Pedro hasta el traidor
a todos los ha lavado
y después con la toalla
también se los ha secado.

Ved la Cruz de salvación,
donde Dios nos dio la vida,
precio de la redención
de la humanidad caída.
Cruz de Cristo vencedor,
te adoramos, sálvanos,
Cruz de Cristo vencedor,
te adoramos, sálvanos.

Filipa muy bonita, ¿has estado de procesiones?

Señor, hazte presente en mi vida para transformar mi corazón...

Mi corazón donde nacen y se desbordan tantos deseos:
- el deseo que todo gire a mi entorno;
- el deseo de mandar sin tener en cuenta nada ni nadie;
- el deseo de poseer objetos y personas, cuerpos y corazones;
- el deseo de rehusar los lazos con quienes me aman;
- el deseo de dominar, de manifestar sólo mis cualidades;
- el deseo de aislarme en mis sueños, mis preocupaciones, mi trabajo;
- el deseo...tantos deseos desordenados que nacen en mi corazón.

Señor, hazte presente en mi vida para transformar mis palabras:
- las palabras que derramo sobre los demás para hacer daño;
- las palabras que ponen en entredicho la reputación de los demás;
- las palabras que esconden la verdad y reparten la mentira;
- las palabras dichas con autoridad para ahogar a los demás;
- las palabras... todas mis falsas palabras de cada día.

Señor, hazte presente en mi vida para transformar mis orejas:
- las orejas sordas al llamamiento del Evangelio;
- las orejas que se cierran al grito del hambre y la miseria;
- las orejas que no quieren escuchar el llamamiento de quienes esperan
mi amor;
- las orejas que seleccionan y retienen sólo lo que me gusta o me aporta tranquilidad;
- las orejas que sólo me escuchan a mí mismo;

Señor, hazte presente en mi vida para transformar mis manos:
- las manos que descansan todo el día sobre la propia pereza;
- las manos siempre ocupadas en un trabajo y que se excusan de hacer cualquier servicio;
- las manos cerradas, que sólo piensan en poseer objetos, dinero, que no se abren para compartir;
- las manos sin capacidad de realizar actos de bondad;
- las manos desalentadas antes de empezar cualquier acción.

Señor, hazte presente en mi vida para transformarme de arriba abajo y hacer nacer en mí vuestro Evangelio.