La Pola de Gordón - Leon

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Con la llegada de la Semana Santa, además de las procesiones, misas y celebraciones religiosas, nos encontramos con las recetastípicas de esta época del año..


Una vez finalizado el Carnaval, comienza la Cuaresma, un periodo de tiempo en el que se celebra la vigilia, un deber cristiano que obliga a abstenerse de comer carne todos los viernes. Para el Viernes Santo, esta obligación se ha convertido en una deliciosa tradición culinaria: este día, el pescado, las legumbres y las verduras, sustituyen a los embutidos, los fiambres y todo tipo de carnes. .

-¿Qué ingredientes necesito para preparar .. Potaje de Cuaresma?
- 150 gr. garbanzos
- 15 gr. de arroz (opcional)
- 125 gr. de bacalao desalado
- 120 gr. de espinacas
- 1 patata pequeña
- 1 cebolla pequeña
- 5 gr. de harina
- 1 diente de ajo
- Laurel
- Pimentón dulce
- Aceite
- Sal

-Con los garbanzos en calo desde la noche anterior y el bacalao desalado y desmigado, comenzamos a preparar el potaje de Cuaresma.

En una olla exprés con agua, colocamos los garbanzos, una hoja de laurel, una pizca de sal, el bacalao desmigado, la patata cortada en cuadraditos y un chorrito de aceite. Comprobamos que el agua cubra todos los ingredientes, tapamos y dejamos cocer 10 minutos.

Pasado ese tiempo, abrimos la olla, desespumamos, añadimos el arroz y las espinacas limpias. Volvemos a tapar y dejamos que siga cociendo otros 10 minutos más.

Mientras esa parte de nuestro potaje de Cuaresma cuece, en una sartén, ponemos un chorrito de aceite y cocinamos la harina y el pimentón. Seguidamente, añadimos el ajo y la cebolla bien picada y dejamos que todo se poche bien.

Incorporamos el sofrito a la olla y dejamos que nuestro potaje de Cuaresma cueza a fuego lento durante al menos, otros 5 minutos y ¡listo!

Me lo pensaré. Falta casi un mes.

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Ingredientes
4 raciones de bacalao salado, 5 dientes de ajo y 300 ml. de aceite de oliva

-Ponemos el bacalao en agua fría para desalarlo, la noche anterior a la elaboración de la receta.


Al día siguiente, lo escurrimos y lo reservamos.


En una cazuela de barro, calentamos el aceite y freímos los ajos laminados. Antes de que lleguen a dorarse demasiado, apartamos la cazuela del fuego y dejamos que el aceite se temple un poco.


Volvemos a poner la cazuela al fuego, esta vez muy suave, y colocamos el bacalao sin que queden unos trozos encima de otros. Cocinamos el bacalao a temperatura baja, de forma que no se fría, sino que se confite, para que se vaya creando una salsa con cuerpo.


Para los amantes del picante, podemos añadir a la cazuela unas rodajitas de guindilla