Curillas - Leon

CARTA ABIERTA AL ALCALDE DE VALDERREY.

Estimado señor Gaspar Cuervo, Alcalde de Valderrey y por ende del pueblo de Curillas. Pueblo donde, un servidor, nació a finales de un otoñal mes de octubre del que han transcurrido… ni yo mismo se ya cuantas primaveras…
El motivo de esta no es otro que aquel que me lleva a estar continuamente preocupado por mi pueblo si entendemos que el pueblo de uno es el pueblo donde se nace y no en el que se pace. La verdad es que, en este sentido, me siento un poco extraño debido a que cuando estoy en Curillas me indican que soy de Santiagomillas y más de lo mismo cuando me encuentro en Santiagomillas donde me dicen que soy de Curillas. En ambos casos, ni los unos ni los otros, me han preguntado qué pueblo de los dos ocupa el sentir del corazón, si bien fui, soy y seré de Curillas. Aclaro que no es necesario decir como dicen muchos “de la Sequeda”, ya que la Sequeda es una zona geográfica y no un complemento del nombre del pueblo. Dicho esto paso a exponer el motivo de esta carta:
En primer lugar insto a la corporación municipal para que haga las pesquisas necesarias con el fin de hacer desaparecer del callejero del pueblo el nombre de Sanjurjo que, como dice nuestro cronista oficial Andrés Martínez Oria en su obra Flores de Malva, es “una forma como otra cualquiera de convertir en santo a quien no es está precisamente en los altares”, ni sería justo que estuviera en otro sitio que no fuera en un rincón apartado de nuestra triste memoria histórica. En la misma obra, nuestro amigo Andrés Martínez hablaba de la calle de José Antonio, a la que actualmente se conoce por la calle Larga. Pues bien, al final de esta calle, cambiamos de dirección y entramos en una nueva vía que han bautizado como la calle de las Eras. No se quien se encargo de nombrar esa calle así, ni se que criterios se han seguido para nombrarla como calle de las Eras cuando allí jamás hubo era alguna. El tramo de vía que une a Curillas con Penillas, siempre se la conoció por el Camino del Villar, que espero y deseo se corrija y vuelva a su verdadero nombre.
Con el fin de aprovechar la placa de la calle de las Eras, solamente habría que cambiarla de esquina y ponerla en la calle que conduce a la pradera de Muelas donde, efectivamente, siempre hubo eras. Por ello ruego a usted tenga a bien considerar esta cuestión con el fin de corregir esta situación y poner cada nombre en el sitio que le corresponde.
Con el aciago nombre de Sanjurjo, la calle Larga, la de las Eras, Ermita y Jardín, se completan todos los nombres de las calles del pueblo.
Precisamente sobre la calle Jardín quiero realizar una sugerencia debido a que en Curillas no hay, ni ha habido nunca, ningún jardín. Curillas ya de por si es todo él un jardín que en su día estaba lleno de flores que poco a poco el tiempo ha ido marchitando hasta casi aislarlo en un rincón de la memoria.
Es exactamente la memoria quien me viene a recordar lo justo que debería ser renombrar la calle de Jardín con el nombre de una persona de Curillas digna de ser recordada por el bien que hizo al pueblo. No se trata de nadie ilustre, ni siquiera de algún benefactor que donase algo al pueblo, ni de nadie que destacara en la historia por hazañas de las que el pueblo pudiera sentirse orgullose. Se trata de Vicente Otero González quien fue el “maestro” de generaciones enteras que lo recordaran como aquel pequeño gran hombre que, sin ser maestro de nada, fue el maestro de todos. De todos, o casi todos, los adolescentes que, por una u otra causa, nunca fuimos a la escuela. Y no me refiero sólo a los adolescentes de Curillas, no. Me refiero a muchos jóvenes de Curillas, Tejados, Tejadinos, Bustos, Matanza, Valderrey y Santiagomillas, los que acudimos a sus magistrales clases que él impartía magistralmente sin que para ello le hiciera falta el magisterio. Elijo esta calle para honrar su memoria ya que en esa calle fue donde nació, vivió y murió Vicente Otero González, gracias a él, muchos emigramos del pueblo sabiendo lo justo y necesario para desarrollar las funciones necesarias y poder desenvolvernos en la vida y sobrevivir durante aquellos duros años en los que ir a la escuela era para nosotros un lujo que nuestros mayores no se podían permitir.
Por todo lo dicho, que poco es pero que para su ex alumno es mucho, sugiero la idea por si la corporación municipal tiene a bien aceptar y no hay ningún impedimento legal que lo pudiera impedir.
En otro orden de cosas y para no tener que recurrir al milagro, conviene que el Ayuntamiento sepa que hay por el pueblo un pozo totalmente abandonado en el que es susceptible que alguien termine en el fondo de él sin apenas enterarse al encontrarse al ras del suelo en campo abierto sin absolutamente ninguna protección. Milagrosamente no ha ocurrido ninguna desgracia, pero como uno cree poco en los milagros y mucho en las desgracias, es mejor prevenir que curar y no tener que lamentar la desgracia que desgraciadamente se pudiera producir. El pozo al que me refiero se halla en pleno campo abierto cerca de la pradera de Fonseca y todos le conocemos como el pozo del Ti Gabriel. Luego hay otra serie de pozos en huertos que, aunque supongan un peligro, ya han sido algunos tapados y poco a poco se presupone que se irán tapado todos.
Por último, y con esto ya termino, le recuerdo a usted la promesa que me hizo este verano pasado sobre el tema de la centenaria encina del Resol, que ya todos vamos conociendo por el nombre de “La Ti Lucia”. No sería de mi agrado que cayese en el olvido ya que con ese monumento natural tendríamos un motivo muy hermoso para dar a conocer al pueblo de Curillas y por ergo al Ayuntamiento de Valderrey.
Si como es de suponer el proyecto de la encina se lleva a buen fin, convendría cambiar el nombre de la calle Larga por el nombre de “calle de la Encina”. Una manera más de dar a conocerla y honrar su presencia.
Atentamente le saluda:
José González del Río.

jose date una vuelta por curillas porque hemos ejecutado la ley de memoria historica a la perfecion y hemos cambiado el nombre de las calles como manda la ley a asi hemos dado complacencia a nuestros ancestros que estaran muy contentos viendo desde donde esten el nonbre de las calles tal y como ellos las pusieron y que una dictadura arbitriaria les obligo a cambiarlas . un saludo cordial de un vecino de CURILLAS.