CASTILLA Y LEÓN................El resurgir de la izquierda El Norte de Castilla>Noticias Castilla y Leon La incorporación de Antonio Herreros a la Fundación Villalar devuelve al primer plano de la actualidad a una de las figuras progresistas más significativas de la política autonómica 10.07.11 - 01:42 - J. I. FOCES | Con Antonio Herreros, Josefa García Cirac acaba de encontrar al mejor aliado para renovar y reforzar la Fundación Villalar . Cuando murió Picasso, en 1973, Manuel Vázquez Montalbán elogió del pintor malagueño su «actitud de encontrar, no de buscar. Encontraba las nuevas formas y las convertía en propuestas de visión, en educación para la retina humana». Cuando esta semana Izquierda Unida ha dado a conocer la noticia de que quien fuera su procurador durante doce años, y también coordinador regional, el leonés de nacimiento (Calzadilla de los Hermanillos, 1945) pero palentino de vocación, Antonio Herreros, se incorpora al Patronato de la Fundación Villalar, ha sido imposible no acordarse de la definición de Vázquez Montalbán sobre Picasso aplicada al exparlamentario de IU. Porque pocas, muy pocas figuras de la política autonómica en las últimas tres décadas han transitado por esta comunidad con la lucidez intelectual suficiente como para conseguir, como hace Herreros, «encontrar nuevas formas» y convertirlas en «propuestas de visión» sobre la construcción de la comunidad autónoma y su continuo engrase. El anuncio hecho por el portavoz de IU y coordinador regional, José María González, de que Herreros entra en la Fundación Villalar como patrono (no lo busquen ustedes en la web de este organismo que, pese a haber pasado casi un mes desde la constitución de las Cortes, aún no está actualizada) es el segundo hecho noticiable que protagoniza el psiquiatra palentino en el escaso margen de quince días. Hay que remontarse a la tarde del 23 de junio pasado. El presidente Herrera contestaba en su investidura a José María González cuando se fijó que en la tribuna de público estaba sentado Antonio Herreros. Dirigiéndose al primero, Herrera quiso recordarle y pronunció estas, en ese instante, enigmáticas frases, mirándole: «...con quien hemos tenido una intensa relación y con quien también ha habido una separación, un cierto desafecto». Y remató el presidente: «En la medida que me corresponda, quiero realizar también esta reparación pública...» (a Herreros, claro). ¿Por qué tenía que pedir perdón Herrera a Herreros? ¿Por qué tenía que pedir disculpas el presidente de la comunidad y del PP regional a quien durante lustros ha sido la imagen de la izquierda-izquierda en Castilla y León? Por si fue poco lo que dijo desde la tribuna de oradores de las Cortes, a la salida del pleno, enfilada ya la calle, el presidente reconoció el coche de Antonio Herreros estacionado en doble fila; ordenó parar al conductor y se bajó. El exlíder de IU estaba hablando por teléfono cuando vio que Herrera le tendía la mano. Se la estrechó y el presidente volvió a su vehículo oficial. Con ese gesto, y el de minutos antes desde la tribuna de oradores, Herrera trataba de poner punto final a un distanciamiento que se produjo entre ambos hace la friolera de ocho años. En el seno de Izquierda Unida, Antonio Herreros se había caracterizado hasta 2003 por ser un férreo defensor de la figura de Herrera. Tanto, que no le importó recibir abucheos de algunos de IU cuando el 23 de abril de 2002 invitó a Juan Vicente Herrera, en la primera visita de este a la campa de Villalar, a la carpa de IU y le medio abrazó en señal de bienvenida. Meses después, cuando José Luis Conde relevó a Antonio Herreros en la candidatura a la Presidencia de la Junta y en la coordinación de Izquierda Unida, Herreros se comprometió a gestionar un encuentro oficial de Herrera y Conde; es decir, a que el presidente recibiese en su despacho de la Junta al nuevo coordinador de IU. El presidente se puso de perfil y el encuentro no se produjo. Herrera acababa de hacer con él lo que no hizo ni el mismísimo José María Aznar en 1987. Y Herreros recibió el gesto de Herrera como afrenta doble: política, hacia IU, y personal, hacia él mismo. Quedó herido. Mucho. Tanto que cuando la directora del Gabinete saludó a Herreros en las Cortes en la tarde del 23 de junio, este le pidió que transmitiera a Herrera que aceptaba sus disculpas, pero que seguiría sin ser su amigo. Si de algo está orgulloso Herreros es de su biografía, construida a base de trabajo, trabajo y trabajo. Eso le ha granjeado el respeto en todos los sitios en los que ha estado y se le ha requerido. Estos ocho años, desde que dejó el hemiciclo de las Cortes, la coalición que tanto mimó él ha recibido desprecios un día sí y otro también por parte de los grupos mayoritarios. El PP como el PSOE han impedido en los últimos años que Herreros fuese patrono de la Fundación. Muchos en esta tierra creen en Villalar; Antonio Herreros está, dentro de estos, entre los que más. Por eso González, en cuanto ha podido, ha decidido que sea Herreros quien represente a Izquierda Unida en el órgano de que se ha dotado la comunidad para fomentar el sentimiento autonómico. González y Herreros personifican así el resurgimiento de la izquierda-izquierda en Castilla y León. Josefa García Cirac, la presidenta de las Cortes, sin que ni se le hubiese pasado por la cabeza, acaba de hallar en el camino de futuro que quiere construir desde el Parlamento, en una etapa de ruptura con un pasado demasiado burocrático, al mejor aliado que podía presentársele: Antonio Herreros, una de las figuras progresistas de la comunidad capaz de «encontrar nuevas formas» y convertirlas en «propuestas de visión». Un privilegio que, según Vázquez Montalbán, estaba reservado a genios como el mismísimo Picasso. |