Crónicas de un Pueblo......Capítulo VIII. Usted dirá D. Roderico le dice Gundisalbiz en el despacho de este. La verdad es que, con el que tenía que hablar era con Feles….el alcalde, pero como no está prefiero ir adelantando las cosas y hablar contigo. El Obispo de León me ha mandau una circular para hacer una reunión de la juventud Cristiana. Quiere que todos vayamos a Vallecillo para hacer una misa campestre y pasar la tarde. Y para cuando? Le comenta D. Gundisalbiz. Para principios de primavera…….nos quedan unos meses para ir organizándolo todo. Por eso quería hablar contigo, para tratar de ir consiguiendo el transporte. ¿Y qué ha pensado usted Reverendo? ¿Alquilar un autocar? ¡Que váaa! ……No hay dinero para eso. Yo he pensau usar los dos tractores que hay en el pueblo. En los dos remolques iremos la mayoría, por no decir todos. ¡Y! ¿Qué quiere que haga yo? Pregunta Gundisalbiz. He pensado, que como tienes confianza con Faquilo podrías comentarle que necesitamos el tractor con el remolque. Le dices que el gas-oil, irá a cargo de la Junta Vecinal. Con el de Faquilo y el de Feles, tendremos bastante. A Feles...cunado venga ya se lo diré yo. Bueno Gundi…no quiero entretenerte más. A lo dicho. El lunes me dices lo que te ha contestau Faquilo. El cura sale del despacho y al despedirse pronuncia un….. Queden con Dios. Adiós reverendo, Usted siga bien contesta el veterinario. ………Al salir de casa por la mañana, lucia el sol y la brisa era calida. Había recorrido apenas la metad del camino, cuando el cielo empezó a cambiar y se puso cada vez más negro. No me digas que se va a poner a llover, se dijo, mientras veía como aparecían las nubes a toda prisa. Antolino, va al silo en un carro tirado por dos hermosas vacas. Se revuelve hacia atrás y coge la capa que va encima de los sacos. Se la pone por encima de los hombros mientras exclama… ¡esto se pone feo! El carro, avanza lentamente. Dos profundas rodadas quedan marcadas a su paso. El chirriar de las ruedas le recuerda, que al volver tiene que untar los ejes. Le viene a la memoria una canción y se pone a tararearla…. Porqué no engraso los ejes Me llaman….abandonau Si a mi, me gusta que suenen Paqué los quiero…. engrasaus Los animales van despacio pero descansados. Las vacas, están acostumbradas a hacer un esfuerzo mayor. Una de ellas, la Varquera es alta y huesuda con dos enormes cuernos. La compró, ya hace unos años, en la feria de Mansilla a un paisano Pasiego. Se comentó en el pueblo que le había costau cuatro mil duros. La otra, es una joven novilla de nombre Limonera. Esta, se ha criau en casa y ya vale pa trabajar. Antolino, va rumiando los problemas que le acucian. La vocación es la que nos ayuda a seguir adelante en los momentos difíciles. Necesita el dinero para pagar sus deudas. Con la venta del trigo, llevará unas perras a casa. Sin darse cuenta llega al destino. Unos cuantos carros esperan, mientras dos tractores están descargando. Entre ellos, no ve a ninguno del pueblo. Buenos días a todos….vocea, a la vez que baja del carro. ¿Quién es el último? Yo, contesta uno que se está liando un cigarro. Bueno pues ahora soy yo…. Antolino con paso cansino se dirige a las oficinas. Se arranca la boina de la cabeza y la golpea contra la pierna para sacarle el polvo. Quiere hablar con el jefe del silo que en estos momentos está en la puerta. Buenos días Dominico. Buenos días Antolino. ¿Que te hace por aquí? Traigo un poco trigo pa entregar. ¿Te enseño una muestra pa ver que te parece? No hace falta, vamos al carro y allí lo vemos. Teo, 16 de Enero de 2009
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