V.1. El coto de las Monjas Un primer escalafón en la jerarquía de dependencia del abadengo estaba ocupado por las filiaciones, monasterios con una comunidad nutrida y estable cuyo superior solía recibir el tratamiento de abad y debía ser confirmado por el de Sahagún.
De éstos, el de benedictinas de San Pedro de las Dueñas, unos pocos kilómetros al sur de Sahagún y en la misma ribera del Cea, es, sin duda, el más antiguo, cercano e importante, además de uno de los pocos que ha llegado abierto a nuestros días.
Aunque sus orígenes pudieran ser más antiguos 129, su fundación se atribuyó al abad Diego I (1088-1109), de quien afirmaba su epitafio que Monasterium Sancti Petri de Domnabus construxit, et moniales ibidem instituit ” 130.
De ser así, no se trataría del mismo monasterio de San Pedro que, en 1080, Alfonso VI y el abad Roberto donaron a la monja Urraca y sus religiosas, aunque es muy probable que, como éste, se rigiese por la norma cluniacense, en coherencia con el proceso que, paralelamente, se estaba llevando a cabo en la Casa madre: “ita uero sicut abetur Domnos Sanctos in consuetudinem Sancti Petri, ita abeatur Sancti Petri in consuetudinem Marcilinieco ” 131.
El patrón cluniacense se reproducía en tierras leonesas con una fidelidad que sólo sus propios monjes podían garantizar. El papel que se reservó a San Pedro de las Dueñas, a imitación del de Marcigny, fue el de marcar la referencia de las filiales femeninas, por su cercanía a la Casa madre y por acoger a damas de alta alcurnia o dueñas 132.
Con tal reclamo, el monasterio pronto adquirió prestigio y dádivas, aunque parte de éstas pasaron directamente a engrosar el patrimonio de Sahagún 133.
No obstante, al igual que su matriz masculina, San Pedro estableció su particular coto, con unos límites otorgados por Fernando II y conformados por sucesivos monarcas: “Cautamus inquam ipsum monasterium per tales terminos, uidelicet, per medianos,per Sanctum Iustum et per val de laguna et per villam lafu et per viam de cauto Sancti Facundi et per octarium de inter Sanctum Petrum et Gralial ” 134.
La extensión de esta área en torno a la ribera del Cea permitió al monasterio disponer de sus propios molinos en las presas que nacían a la altura de Valdelaguna, y que ha llevado a identificarlo con el topónimo de “San Pedro de los Molinos” 135.
En el siglo XIV se documentan el de Cuadrones y el de la Torre, los cuales, dos siglos después, se veían afectados por el intento de construcción de un pisón, aguas arriba, por un vecino de Sahagún 136.
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129.-J. J. SÁNCHEZ BADIOLA, El territorio de León en la Edad Media, León, 2004, II, p. 237.
130.- HS, p. 94; J. Mª. FERNÁNDEZ CATÓN, Catálogo del Archivo del Monasterio de San Pedro de las Dueñas, León, 1977, (=CSPD), doc. 135, da noticia de un interesante inventario del monasterio, redactado en el siglo XVII por Fray Miguel de Solsona, que desgraciadamente se encuentra mutilado. M.CARRIEDO TEJEDO, “Los orígenes del monasterio benedictino de San Pedro de las Dueñas (1087-1093)”, Tierras de León , nº 105-106 (199

, pp. 9-51.
131.- CDS, doc. 777.
132.- Escalona colegía que el monasterio había absorbido varios, entre ellos el beaterio de San Juan, que existía en las inmediaciones del monasterio de Sahagún. Este último, de monjas o beatas, se documenta en el siglo X (CDS, doc. 359), y “de ahí pudo venir el llamarse Domnabus, porque las de S. Juan eran las más Señoras muy principales” (HS,pp. 52-53 y 269). Quizás fuera ese beaterio una de las escasas construcciones que el primer cronista anónimo identificaba en el entorno del monasterio de Sahagún antes de la constitución de la villa: “…ca fasta aquel tienpo nenguna havitaçión de moradores avía, sacando la morada de los monjes e de su familia serviente a los usos e necesidades d’ellos; eran otrosi algunas raras e pocas moradas de algunos nobles varones e matronas, los quales en el tienpo de los ayunos, así de la quaresma como del aviento del Señor, venían aquí para oír los ofiçios divinales, de los quales gran turvaçión e enojo se seguía a los monjes” (I CAS, p. 19).
133.- CDS, doc. 950, 1091, 1092, 1191. Algún matrimonio, como el de Fronilde Ovéquiz y Ordoño Sarracíniz, aprovecharon esa duplicidad para ingresar, respectivamente, en los monasterios de San Pedro y Sahagún, aunque la primera no durase mucho “in uelato habitu” (CDS, doc. 1192).
134.-CSPD, doc. 33.
135.- M. CARRIEDO TEJEDO, Op. Cit.
136.- CSPD, doc. 72, 104, 107, 114. El Catastro de Ensenada recoge tres molinos del monasterio, en el Cea, en las inmediaciones de la villa (AGS, Catastro de Ensenada, RG, libro 634, fol. 82r-v.
Por.....Don Javier Pérez Gil. Universidad de Valladolid
Don Juan José Sánchez Badiola. Doctor en Historia.