Simbolismo del bastón peregrino “Recibe este báculo que sea como sustento de la marcha y del trabajo para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las caternas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago y después de hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos Amén”. Estas son las palabras que se pueden leer en el Liber Sancti Iacobi sobre el momento en que el bordón o bastón de caminante, ya bendecido, era entrega al peregrino por las autoridades eclesiásticas de su lugar antes de partir en peregrinación a Santiago. Existen, como en demás elementos jacobeos, diferentes versiones e interpretaciones sobre su simbolismo y finalidad, y así, del bordón se dice que tenía un significado místico en cuanto se consideraba el tercer pie del peregrino y debía recordarle en todo momento la fe en el Señor, en cuya devoción debía perseverar; aunque también se asocia comunmente con el Misterio de la Santísima Trinidad. Otros ven en este bastón de peregrino, un doble símbolo de prueba de sacrificio y despojo total, condiciones ambas que preparan para la iluminación y la revelación divinas, recompensas que esperan al final del viaje o peregrinación de la vida, para aquellos que resistan y superen toda las pruebas. A efectos prácticos, está claro que el bordón servía históricamente como medio de defensa ante animales y hombres y también como ayuda física para saltar charcos, muros e simplemente acompañar los pasos descansando parte del peso sobre este punto. Entendiendo así el bordón, pasa a constituirse como el sustento físico del peregrino, y se entendería que Dios, sería su sustento emocional o anímico. |