Ontiñena - Huesca

El gobierno español viene actuando, desde la transición, al servicio del neoliberalismo defendido y exportado por los nuevos señores del mundo, que son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial auxiliados por la Organización Mundial del Comercio, y cuya cabeza política son los EEUU seguidos cada vez más por China y todo su cortejo de países involucrados –según su potencial- en el mismo tipo de negocios financieros, industriales y energéticos.

Este servilismo que en España ya iniciara Franco, fue ampliado desde el primer gobierno Psoe hacia “el amigo americano”, introduciendo los elementos claves para prepararnos a formar parte del engranaje capitalista de la Europa Desarrollada, tutelados por Alemania y en conexión con los EEUU., introduciendo elementos que iban a ser pilares sobre los que edificar un nuevo tipo de economía basada en el enriquecimiento rápido de banqueros, industriales, especuladores, políticos corruptos y toda clase de oportunistas políticos floreciendo todos ellos contra el bienestar de las clases populares. Vemos estos datos en Wikipedia sobre el primer gobierno del PSOE y sus polémicas medidas, que sentaron los cimientos de todas nuestras miserias posteriores:

- Expropiación de Rumasa.
- Legalización de las empresas PRIVADAS de contratación de empleo, que inició la “era de los contratos basura” que adquiere hoy tintes dramáticos.
- Eliminación de medicamentos que antes subvencionaba la la Seguridad Social.
- Reconversión industrial, con un enorme desgarro del tejido productivo a favor de las grandes multinacionales.
- Endeudamiento incrementado del Estado.
A pesar de las huelgas generales, estas políticas no cambiaron, sino que se fueron ampliando y profundizando. Y los sucesivos gobiernos PSOE o PP,- da igual para el caso, pues son máscaras diferentes del capitalismo liberal, -seguirán luego girando en torno a los mismos ejes. La “política del pelotazo”, del “ladrillazo”, la aparición del “yuppi”, marcaron época como los casos de corrupción de gobernantes del primer nivel, que fueron imitados cada vez más a lo largo del tiempo por otros de niveles más bajos, y seguidos hasta por cantantes, deportistas y todos cuantos pudieron pescar de Hacienda a río revuelto.

Se nos entregó vergonzosamente a la OTAN, la Iglesia católica siguió recibiendo sustanciosas sumas de nuestros impuestos, crecían las ayudas a los banqueros, se produjo el decantamiento hacia la energía nuclear y hasta que no llegó el esplendor pasajero de la burbuja inmobiliaria, se pasó mal. Se nos arrojó en manos del consumismo, y todo parecía eterno y fácil, como las hipotecas. Un señuelo y un sueño más.

Pero cuando estalló la burbuja, volvimos de golpe a la realidad.
“¿Qué hay de nuevo, viejo?”Preguntaba ayer y sigue preguntando hoy el conejito americano. Los políticos también son los mismos. Y en primera página o en la sombra carecen de ideas propias, pero han aprendido algo importante para ellos: que el negocio es el negocio, y otra cosa es el país, el pueblo, los trabajadores. Y lo que asegura el negocio personal cuando se deja el poder son los Murdock, los ENDESA, y lo que vaya viniendo. Eso, sí: con bendición papal, incluida en el silencio de los monseñores por estar los soldados españoles matando por ahí para ayudar al rey de los vaqueros a llevarse el oro negro y dorado del condado mundial.

NADA NUEVO, VIEJO

No, Viejo, no hay nada nuevo. Todo sigue como siempre: una España fraudulenta y una España defraudada dispuesta a ir a unas urnas con victoria anunciada del partido contrario. Ingenuos, como siempre. Y como siempre, igual hoy que pasará mañana, la España defraudada, empobrecida y engañada una vez más, tiene que soportar la humillación de verse sometida a un auténtico acoso social, donde sus derechos laborales se van al garete en manos de estos gobiernos sin conciencia (PP versus PSOE y viceversa), carentes de imaginación, pero sobrados de servilismo, prepotencia y caradura, que nos dejan en manos de los buitres industriales del capitalismo y sus banqueros con los conocidos resultados de nuestros dos millones de hogares donde no trabaja nadie, nuestros cerca de cinco millones de parados, nuestras miles de familias desalojadas de sus casas por no poder pagar la hipoteca, nuestros millones de jóvenes sin poder acceder a un empleo, el atraco social a los trabajadores con el alargamiento de la edad de jubilación, la amenaza del copago sanitario, y todo lo que viene arrastrándose desde la transición y sin alternativa. ¿Recuerdan que existieron sindicatos obreros? ¿Recuerdan que hubo partidos que se llamaron comunistas y qué sé yo?

La España defraudada es hoy una España desgarrada y mira su futuro y no ve claro lo que le espera, pues está sola y además se tragó lo que les contó el sistema y sus teles: que los anticapitalistas de verdad y los movimientos alternativos no son de fiar, porque son violentos (violentos, qué risa) y son mala gente. Y como un naufrago, la España defraudada se agarrará en las próximas elecciones al palo que flota en el horizonte con una bandera de gaviotas. ¿Qué le espera? No se nos permitirá decirlo en la televisión, pero todos lo sabemos: el palo de la banderita golpea en la cabeza todos los incautos en cuanto le tocan. Es otra trampa, como la de la rosa y el puño.

¿HACIA EL DÍA DE LA MARMOTA QUE SE REPITE Y REPITE?....

Y al día siguiente, y cuatro años después y muchos más tarde, hasta que la gente deje de dormitar en el sofá, el conejo volverá a preguntar cada vez y la respuesta seguirá, qué horror, siendo la misma. La España defraudada seguirá siendo la España desgarrada como lo es hoy mismo. ¿Cómo cambiar esta situación? Esta es la pregunta del millón. En numerosos artículos en este mismo medio, he sugerido la urgencia del cambio de valores personales para dejar de estar atrapados por la enfermedad del consumismo, el individualismo, la indiferencia, y hacer crecer en nuestro interior ideas de control del consumo, de selección de lo necesario, potenciar todas las formas de cooperación social, como cooperativas y otras formas de ayuda mutua, como el banco de tiempo y semejantes, y potenciar todo tipo de iniciativas que nos conduzcan a un mayor grado de cohesión social desde principios éticos altruistas que puedan servir para unirnos y aumentar nuestro bienestar con la mutua colaboración, en lugar de separarnos y arruinarnos, que es lo que quieren el capitalismo y sus políticos. Es precisa una revolución de la conciencia que coloque el nosotros por encima del yo, mío, mí y para mí. Lo contario, que es lo que estamos viviendo nos trae desgracia, como estamos viendo hasta este momento, y como seguiremos viendo de no cambiar nuestros puntos de vista y seguir esperando, como hasta hoy, que alguien nos salve la vida.

...como han pasado y cambiado los tiempos.